Pymes: «No es fácil exportar»

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En Uruguay más del 99% de las Unidades Productivas son micro, pequeñas y medianas empresas, pero sólo el 5% logra exportar.Ricardo Alba, División Empresas de Dinapyme

Las micro, pequeñas y medianas empresas emplean a siete de cada diez uruguayos que trabajan y generan más del 30% del Producto Bruto Interno. De este gran número de empresas, sólo el 5% logra exportar.

¿Qué está haciendo para favorecer la exportación de estas PYMES, la Dirección Nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas (Dinapyme), que pertenece al Ministerio de Industria? Para responder estas consultas entrevistamos a Ricardo Alba, el director de la división Empresas de Dinapyme.

 

Alejandro Landoni — La mayor parte de las pymes venden en el barrio en el cual trabajan y algunas tienen una cobertura dentro de la ciudad o del departamento, pero en realidad, son pocas las que tienen una presencia nacional y solamente el 5% logra exportar.

 

Ricardo Alba — Lo que usted dice es correcto, nunca perdamos de vista que cuando hablamos de Pymes hablamos de un universo bastante amplio que va desde la micro empresa — esa chiquitita que de repente tiene un dueño y dos o tres empleados —, hasta las que tienen 99 empleados que es el tope superior en cuanto a empleados.

 

A.L. — Esas son las medianas.

 

R.A. — Exactamente. Eso implica realidades diferentes.

Es cierto que cada una va teniendo un mercado bastante acotado a la zona, al barrio o a la región donde vive; y son pocas aquellas que logran trascender o ir más allá de lo que viene a ser su ámbito geográfico natural. Le diría — a beneficio de Inventario naturalmente, porque la realidad muestra que no hay estudios confiables en la materia—, que pensar que un 5% de las Pymes logran exportar, sería algo hasta optimista, porque si pensamos que en el Uruguay hay unas 117.000 PYMES aproximadamente, según las cifras que surgen del informe del Observatorio PYME de la Dinapyme de la División Empresas de 2008, si fuese el 5% de 117.000 las que exportaran, estaríamos hablando de 5.800 PymeS exportadoras.

Insisto, no hay cifras confiables, pero me temo que hasta son menos.

También cuando se habla del tema exportación, hay que tener en cuenta algo que ocurre en nuestro país, — y de repente en otros países ocurre de una forma todavía mucho mayor —, es que una cosa es hablar de PymES que exportan directamente y otra cosa es hablar de PYMES que exportan indirectamente como proveedores de grandes empresas que están enviando su producción al exterior.

 

A.L. — Eso le iba a decir, nosotros en Producción Nacional hicimos un ciclo de Marketing Internacional con el profesor Isaac Perkal y lo primero que él decía era eso; que uno cuando piensa en exportar, dice “produzco en el Uruguay y lo vendo en el exterior”, pero esa es sólo una de las formas de internacionalizarse.

Le decía que la mayor parte de las empresas chicas o micro venden en el barrio, o en la ciudad y que pocas llegan a todo el país, para dar una dimensión de lo difícil que es acceder a otro país y mucho más por sí mismas. Ustedes tienen un Programa de Consorcios de Exportación donde buscan apoyar a consorcios ya consolidados que estén exportando o internacionalizando su producción.

¿Cómo es este proyecto?

 

R.A. — Este programa es bastante reciente en el Ministerio. Existe un antecedente que era el FAE (Fomento a la Actividad Empresarial), que tenía a su vez dos componentes; por un lado lo que era Fomento del Emprendedurismo y por otro, lo que tenía que ver con el apoyo a eventuales consorcios que se formaran.

Ahora el Ministerio resolvió tomar este tema con entusiasmo y se procura a través de este programa apoyar a aquellos agrupamientos de empresas que intentan acceder al mercado exterior o que de pronto ya lo están haciendo pero no están consolidados. La idea es apoyarlos con una serie de elementos. Por un lado en los asuntos legales; ahora existe la figura de Consorcio de Exportación y demás, falta reglamentar la ley pero digamos que la figura jurídica está y se procura darle una serie de apoyos adicionales que no es ni más ni menos que lo que se viene haciendo en otras partes del mundo. Podemos citar ejemplos como los italianos, que es el caso más paradigmático en el sentido que se dan apoyos para lo que es la conformación del consorcio; para lo que tiene que ver con su gasto de funcionamiento y lo que tiene que ver con su salida al exterior.

Esto está bueno y es algo que es necesario, y va de la mano de otro concepto que también digamos que es clave y fundamental pero que no es tan fácil, que es el de la asociatividad.

 

A.L. — Eso es difícil…

 

R.A. — Ahí se dirá que tiene mucho que ver con la propia idiosincrasia de los uruguayos, — es cierto —, pero también tiene que ver con la propia idiosincrasia del empresario en general, porque eso pasa también en otras partes del mundo. Entonces, no es fácil aquello de abandonar un poco lo que es nuestra lógica diaria y empezar a ver a aquel que hasta ayer considerábamos un competidor, un enemigo, verlo ahora como un potencial aliado; un socio estratégico para ganar mercado.

En definitiva, el Ministerio tiene un programa en esa dirección que está dando sus primeros pasos y que significa una herramienta importante para el apoyo de las exportaciones de las Pymes y esto por supuesto no excluye lo que tenga que ver con acciones que apoyen a su vez a aquellas empresas que individualmente intenten esta aventura.

 

A.L. — ¿Cómo se eligen los Consorcios de Exportación para fomentar?

 

R.A. — Se hizo un llamado y tienen que reunir determinadas características en cuanto a su integración y fundamentalmente que luzca como razonable, porque digámoslo con toda claridad: no es fácil exportar, y no es fácil no sólo por las dificultades que se presentan en materia de hacer conocer a una empresa uruguaya, o las dificultades que puedan haber en materia de logística que no son menores, sino que no es fácil tener la capacidad de producción tanto en cantidad que se puede llegar a exigir, — le ha pasado a mucha gente que concreta un negocio pero no tiene cómo hacer frente a ese pedido que posteriormente le hacen; como también en calidad, que es otro gran tema sobre el cual hay que poner énfasis.

Entonces, entendemos que la mejor forma de fomentar que las PYMES puedan salir al mercado exterior, pasa también por fomentar y apoyar todas aquellas cosas que vayan en la dirección de la mejora de la competitividad de la empresa. Es decir, traducido al criollo: que se administren mejor, que sepan manejar mejor sus activos, que incorporen alguna tecnología nueva y sobre todo que tengan una oferta exportable que sea válida, razonable y competitiva tanto en precios como en calidad.

En ese sentido, la Dinapyme viene apoyando todo lo que viene a ser una verdadera cruzada que se inició a través del Inacal (Instituto Nacional de Calidad) cuando nosotros integramos el Consejo Asesor, de procurar también hacer un clic en la mentalidad de los uruguayos y darse cuenta de que la calidad es algo muy importante y sobre todo que no es un tema que esté reservado solamente a las grandes empresas, sino que también las Pymes lo tiene que tener en cuenta, tanto en lo que tiene que ver con la calidad de sus productos como fundamentalmente y en una primera etapa, con lo que tiene que ver con la implantación de un sistema de gestión de la calidad.

Eso va a redundar en beneficio de la propia empresa en tanto y cuanto va a ser capaz de producir de forma más eficiente. Siempre se habla de los costos de la no-calidad, quiere decir que si yo tengo una producción ordenada, adecuada, gestionada a través de ese sistema de gestión de la calidad, es muy factible que al mismo tiempo logre reducir mis costos. No necesariamente calidad significa más costo, — por más que eso está naturalmente siempre presente —, sino que fundamentalmente implica una mejor gestión de mis recursos; una mejor gestión de mis procesos y eso a mí en cuanto empresa se va a traducir en menores costos.

 

A.L. — Las protagonistas del Programa Producción Nacional en TV Ciudad de esta semana, las cooperativistas de Timbó que hacen prendas muy coloridas y versátiles, nos decían que ellas lograron internacionalizar su producción en base a intermediarios, pero también gracias al apoyo de Dinapyme que las ayudó a presentarse en Ferias Internacionales.

Ahora Dinapyme está preparando una misión en Murcia (España) que se va a desarrollar entre el 5 y el 7 de octubre. Esta misión tiene que ver con la industria alimentaria; el sector de la construcción; la promoción inmobiliaria; el sector del vino y de la conserva y también la Tecnología Agrícola, entre otros puntos.

¿Cómo ayuda Dinaypme a las pequeñas empresas a participar en estas ferias o en el caso de Murcia en esta misión internacional?

 

R.A. — Dinapyme favorece todo lo que tenga que ver con la participación de empresas o inclusive de artesanos, que son quienes más lo han hecho en Ferias Internacionales, en rondas de negocios.

Entendemos que esa es una vidriera muy importante que actúa en varias direcciones al mismo tiempo. A veces se tiene el enfoque — esto pasa sobre todo en el sector artesanal —; de ir a una feria a ver qué se vende y de que se trae mucho dinero porque se vende a gente que tiene mucho poder adquisitivo. Eso es cierto y en algunas ferias pasa. Pero en general, la mayoría de las ferias son oportunidades de mostrar aquello que uno hace y de contactarse con potenciales clientes para realizar negocios que después se pueden traducir en corrientes comerciales durables, que es a eso a lo que nosotros apuntamos.

 

A.L. — A veces, mucho tiempo después.

 

R.A. — Exactamente, porque no es tan fácil el tema de llegar y concretar un negocio. Hay casos en que ocurre, pero eso lleva tiempo.

Nosotros ponemos énfasis en que apoyamos todos los esfuerzos y todas las instancias que se presenten puntualmente; participación en ferias, en rondas de negocios, en misiones empresariales; pero el ideal — sabemos que no es fácil, pero que estamos apuntando también a ir generando eso como una mecánica de apoyo a los empresarios—, es que de repente la feria o la misión empresarial debe ser no tanto: “Ah se me presentó esta oportunidad de ir” sino que se debe enmarar en una lógica. Es decir, la empresa antes de salir tiene que ser consciente de aquello que hace; dónde puede ser competitivo; a qué mercados puede apuntar; y en función de eso, en función de lo que los técnicos llaman un Plan de Internacionalización, se selecciona y se dice: “para colocar este producto en este mercado o para mostrarlo en una primera instancia, tengo que ir aquí, tengo que ir allá, tengo que ir a este evento”. Esa sería un poco la forma de trabajar a la cual nosotros apuntamos.

 

A.L. — Es interesante; no es sólo ayudar a la gente a ir, sino también ayudarla a generar ese Plan de Internacionalización y saber hacia qué apuntan.

¿Ustedes también ayudan a que el empresario defina qué producto va a llevar? Porque el producto muchas veces no se puede vender al exterior así como está, sino que dentro de lo que uno sabe hacer, muchas veces se necesita hacer un diseño específico para ir a venderlo a un mercado determinado.

 

R.A. — Es así. Muchas veces la gente se lleva sorpresas.

A veces el ir a este tipo de eventos internacionales y no vender, pero tener la posibilidad de ver lo qué hacen en el mundo otros que están en el mismo negocio, permite a los pequeños empresarios venir — y ha ocurrido en muchos casos —, con una visión completamente distinta sabiendo dónde tengo que poner el foco; hacia dónde hay que dirigirse.

 

A.L. — Le pongo un ejemplo que pasó hace algunos años en un grupo de la Cámara de Industrias que fueron a Perú y a Ecuador.

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