“El Cuco de las computadoras” es el programa de Alfabetización Digital para adultos del Ministerio de Educación en los Centros MEC de las localidades donde viven menos de 5.000 habitantes. El plan está destinado especialmente a aquellas personas que menos contacto tienen con las computadoras, para alcanzar así efectivamente el acceso universal a Internet.
Con Andrés Recalde y con Karina Acosta, responsables de Centros MEC.
Entrevista emitida el miércoles 20/05/09 en Producción Nacional — 1410 AM LIBRE
“El Cuco de las computadoras”, es un Programa de Alfabetización Digital para Adultos, gracias al cual unas 7.000 personas han podido enfrentarse por primera vez a una computadora. Esta iniciativa es uno de los programas que están desarrollando los denominados Centros MEC (Centros del Ministerio de Educación y Cultura), que buscan llevar la cultura y la tecnología a todos los rincones de nuestro país.
El subdirector de Centros MEC, arquitecto Andrés Recalde, y la coordinadora del Programa de Alfabetización Digital para Adultos del MEC, Karina Acosta, explicaron en Producción Digital los objetivos y avances del proyecto.
Alejandro Landoni — ¿Qué es un Centro MEC?
Andrés Recalde — En el 2006 en la Rendición de Cuentas se asigna un presupuesto para llevar adelante este proyecto, que es un proyecto transversal del Ministerio de Cultura que tiene como objetivo la accesibilidad a bienes y servicios culturales. Es decir, que lleguen a distintos puntos del Interior del país, (en general, en localidades de menos de 5.000 habitantes), distintos tipos de actividades culturales y educativas con el objetivo claro de inclusión social. De eso se trata el programa Centros MEC. Allí se realizan distintas actividades, desde exposiciones, música, teatro; actividades artísticas y culturales y se desarrolla el “producto estrella” del proyecto, que son los cursos de Alfabetización Digital para Adultos que dirige Karina.
A.L. — ¿Hay unos 60 Centros MEC funcionando?
Karina Acosta — En este momento son 59, aunque el fin de semana inauguramos cinco con lo cual pasamos a tener 64. Inauguramos dos nuevos departamentos que son Rivera y Tacuarembó; inauguramos cuatro en Rivera y uno en Tacuarembó.
A.L. — ¿En Montevideo hay algún Centro MEC?
K.A. — Hay uno en la Peatonal Sarandí y Treinta y Tres, en el lugar que era del Programa de Fortalecimiento de las Artes Artesanías y Oficios (PAOF) que ahora pasó a manos de la UTU. Pero en realidad el objetivo de los Centros no era Montevideo, sino que estamos en las capitales y en poblaciones de menos de 5.000 habitantes. Nuestras contrapartes son las Intendencias y Antel, pero el objetivo son las localidades donde es difícil hasta llegar físicamente. Son esos lugares que a veces están a cuatro horas de la capital por camino de tierra y para esa gente era difícil acceder a obras de teatros, cines, títeres, además de poder tener acceso a Internet y poder conectarse con el mundo a través de las computadoras.
A.L. — Nos contaron de un pueblo llamado Sequeira, que está en la ruta entre Artigas y Salto, — no sé si el Centro MEC ya está funcionando ahí o si se va a instalar porque está el llamado para hacerlo —, que tiene algunas decenas de casas entorno de la ruta y nos imaginamos el impacto que podía tener para sus pobladores tener un Centro de este tipo al que se puedan acercar y ver una obra de teatro, títeres, alguna película o algún tipo de espectáculo en vivo en ese lugar.
A.R. — Sí, el impacto incluso es muchísimo mayor en localidades donde la población es menor. Nosotros también cuantificamos: por ejemplo, en Chamizo que tiene 550 habitantes, allí en los primeros tres o cuatro meses se habían anotado y hecho los cursos de Alfabetización Digital el 10% de sus habitantes. También en Pueblo Fernández (Salto), donde un par de veces que fuimos, la lluvia no nos permitía llegar al pueblo porque está en un valle. A eso apuntamos: a llegar a donde es difícil llegar. Esto es algo que viene en forma intrínseca con el proyecto.
A.L. — ¿Qué resultado tienen en la gente? ¿La gente se cuelga con este tipo de Centro MEC o no?
K.A. — Sí, mucho. Algo muy importante del proyecto es que es absolutamente descentralizado. Nosotros en el Ministerio somos siete y hay dos coordinadores departamentales por cada departamento, que son quienes deciden qué cosa va a cada lugar porque son los que están en contacto con las poblaciones y saben cuáles son las necesidades o las ganas de ver determinada película o de realizar determinada actividad. Ellos son los que deciden qué va en cada lugar y cómo funciona. No sólo qué va desde Montevideo, porque nos importa y mucho, que las cosas que hay en cada una de las localidades se puedan ver en otra localidad, en las capitales e incluso en Montevideo.
Esa es un poco la función que cumple o va a cumplir — ya que recién está comenzando —, el Centro MEC de Montevideo; que pueda mostrar qué se hace en el Interior, para que artistas del Interior puedan venir a mostrarse a Montevideo. Es una lógica absolutamente descentralizada y nuestros docentes de Alfabetización Digital son de cada una de las localidades, ni siquiera son de las capitales que van a las localidades. Hacemos llamados abiertos en cada departamento para los coordinadores y en cada localidad para los docentes, a los cuales formamos trabajando con ellos. Nos interesa que sean de ahí para que puedan contarnos si funciona o no. Salvo el caso de Alfabetización Digital, no hay una política que se haga en todos lados igual. Los talleres sí, pero también se adaptan a las necesidades de cada localidad.
A.L. — ¿Con qué presupuesto cuentan para funcionar estos Centros MEC?
A.R. — En el Presupuesto Nacional habíamos arrancado con $ 11:200.000 y en el 2008 y el 2009 hubo un incremento presupuestal y llegamos a cerca de US$ 1:000.000 anual. Es una apuesta muy fuerte que se hizo desde del gobierno nacional en cuanto a la asignación de recursos y un aporte muy directo a llevar adelante políticas públicas de descentralización y de accesibilidad. Otra cosa interesante del proyecto, que es otra manera de incrementar los recursos, es su característica de transversalidad, donde se propone integrar actividades de la Dirección de Cultura, de la Dirección de Educación, de la Dirección de Ciencia y Tecnología, de Derechos Humanos. Eso nos permite ser como un amplificador de todas las actividades que desarrolla el Ministerio, porque el MEC no tiene oficinas, a no ser Fiscalías, en el Interior del país. Hoy, los Centros MEC son tomados como “la casa” del Ministerio, para desde allí poder desarrollar y promover distintas actividades propias.
A.L. — ¿Buscaron aliarse con otras oficinas del Estado?
K.A. — Sí buscamos, desde la coordinación central y otras a nivel de territorio. Por ejemplo, con la gente del Instituto de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) estamos trabajando con talleres donde van a hacer formación con nuestros docentes y coordinadores, para que eso también se pueda replicar en las localidades; con la gente de Salud Pública, etc. Se trata de aprovechar todo lo que hay. Somos “la casa del Ministerio”, pero también, al estar en localidades tan chicas — en los otros Ministerios pasa que tienen casas en las capitales, pero no en Tambores, por ejemplo—, también sirven como nexo porque los coordinadores también tratan de establecer redes con todo lo que haya en el departamento.
A.R. — Algo que es fundamental del proyecto, sin lo cual no sería posible, es que tiene tres patas fundamentales que son: el MEC; la asociación estratégica con Antel (que es quien nos apoya con toda la parte tecnológica de accesibilidad, banda ancha, asesoramiento técnico, etcétera); y la tercera pata que ejerce una lógica y escala territorial, que son las Intendencias Municipales. No se pueden desconocer los actores territoriales, y por eso el proyecto está funcionando bien, con la lógica transversal y con estos dos socios del MEC.
A.L. — Unas 7.000 personas han tenido la oportunidad de enfrentarse a este “Cuco de las computadoras” y hacer allí sus primeras armas en computación. ¿Se puede decir que este es el “producto estrella” que tienen los Centros MEC?
K.A. — No sé si “estrella”, pero sí es lo que estamos haciendo en todos lados. En estos momentos tenemos cerca de 200 docentes. Ahora estamos en el proceso de selección en cada localidad. Hasta el 28 de mayo tenemos el llamado abierto en muchas localidades del Interior.
A.L. — ¿Qué hay que saber para ser docente de un Centro MEC?
K.A. — Primero, tiene que vivir en las localidades donde necesitamos gente, que son muchas y están en la página web del Ministerio. Incluso allí también está el llamado así que el que esté interesado que se meta y averigüe. Queremos gente que tenga ganas de enseñar, pueden ser docentes, aunque sí hay gente que sabe usar una computadora y tiene ganas de enseñárselo a los otros, con eso alcanza para poder presentarse.
A.L. — ¿No hay que tener un título?
K.A. — No, la mayoría de nosotros aprendimos a usar la computadora experimentando. Por ejemplo, yo hice el curso de Operador PC en el 93’ y soy la que coordino todo ésto, y es algo que ya no sirve y lo demás lo aprendí navegando por Internet y eso es lo que le queremos transmitir a estos adultos. Nos dirigimos a adultos. Esto le llama la atención a las personas, cuando ponemos el Centro con las computadoras la gente nos pregunta por qué no damos también talleres para niños y adolescentes.
Nosotros estamos trabajando con una población que está desatendida por los demás. Los niños con el Plan Ceibal, y los adolescentes con el Liceo y además sólo por ser más jóvenes, su relación con la tecnología es mucho más natural ya que no tienen miedo de apretar el botón y que explote. Este miedo sí lo tienen los adultos que nunca tocaron una computadora y si nosotros (o alguien), no se preocupa por darles un espacio y enseñarles que esto también es para ellos, poder comunicarse con su nieto por ejemplo a través de una computadora y además es más barato, no lo hacen otros. Apuntamos a que esa población pueda utilizar Internet y usen la computadora en su vida cotidiana, como la usamos nosotros. Además, que puedan utilizar los beneficios del Gobierno Electrónico, que es todo lo que hace el Gobierno tanto Nacional como Departamental, en poner en Internet información, trámites, etcétera.
Los que vivimos en las capitales y más en Montevideo, pasamos por las oficinas más fácilmente, pero si tengo que perder un día de trabajo para ir hasta una capital para hacer un trámite y resulta que lo podía hacer por Internet, esa persona no está siendo favorecida por más que pretendamos que Internet es para todos. La idea es que llegue a todos y para que llegue a todos y todos puedan aprovecharlo tenemos estos talleres de Alfabetización Digital.
A.L. —Una encuesta de Antel Data realizada por el Grupo Radar dice que en la franja etárea de gente que tiene más de 30 años, los que se conectan a Internet son menos de un 40%. Entre la gente de más de 50 años, es un porcentaje muy chico. Cuando hablan de adultos, ¿de qué edades es la gente que está yendo a los Centros MEC?
K.A. — No hay una edad límite en los talleres aunque si la persona tiene menos de 17 años los talleres no le corresponden, porque los talleres están pensados para adultos. El primero, “El cuco de la computadora”, es un video y un juego que hizo la gente de Ludo Contenidos y que contrató al actor César Troncoso para que hiciera la voz. Se trata de un juego multimedia que lo trabajamos en conjunto y que lo usamos en el primer taller. Lo que aprendemos en el primer taller es a manejar el teclado y el ratón. A un adolescente si le decimos que vamos a estar dos horas manejando el teclado y el ratón, no le interesa. En general, viene gente con más de 20 años y hemos tenido participantes de 86 y 87 años; el espectro es bien amplio.
Entre un 70% y 80% son mujeres, aunque no lo hicimos especialmente para ellas. Este es un dato interesante que llamó la atención a la gente de Inmujeres. Tenemos mayoría de amas de casa, pero trabajamos con la Policía y con programas de “Uruguay Trabaja” y con vendedores ambulantes o productores rurales. Ahora tenemos un plan (esto es nuevo), donde estamos empezando a trabajar con las XO del Plan Ceibal también para adultos, con el propósito de que aprendan a usar las máquinas del Plan Ceibal también los grandes, ya que en muchos casos es la única máquina que van a tener en sus casas conectada a Internet, y además para que puedan ayudar a sus hijos haciéndoles un seguimiento, ayudarlos en los deberes, etc.
A.L. — En la encuesta de Antel Data y Radar vimos también que en la mitad de los hogares uruguayos hay computadoras, pero a nivel de las personas más pobres, sólo un hogar de cada cuatro tiene una computadora en la casa. ¿Qué anécdotas tienen de gente que haya ido por primera vez a aprender a usar una computadora? ¿Cuáles son sus reacciones?
K.A. — Hay muchas. Cuando fuimos a Tambores no había conectividad, —no hubo Internet hasta que no llegaron los Centros MEC, por un esfuerzo extra que hace Antel en el cual pone antenas distintas-, entonces, los adolescentes en el Liceo habían aprendido cómo usar Internet y un Buscador, pero sin estar conectados. Cuando se abrió el Centro MEC se tiraron de cabeza a las computadoras, abrieron el Google y se pusieron a buscar “Patito Feo”, una telenovela argentina para adolescentes. Sabían cómo usarlo, pero no tenían la posibilidad de hacerlo. Fueron a buscar lo que les interesaba a ellos y eso es lo que nosotros queremos, que aunque obviamente también trabajar en educación y proveer contenidos de calidad, pero también así como nosotros navegamos en YouTube o Facebook, es un derecho que pueden tener todos los uruguayos.
También anécdotas o cosas que nos pasan día a día de gente grande por ejemplo, que tiene a su hijo en el exterior y le tiene que pedir a un hermano que le escriba un mail y pierde la privacidad, u otra señora que es modista y baja moldes por Internet. De esas hay muchas anécdotas cotidianamente, y estos talleres además funcionan como integradores. Cada vez que se termina un taller que es de 20 horas (no es mucho); vienen con tortas y festejan como si hubiera terminado un curso de mucho tiempo. Realmente, los talleres funcionan como integradores sociales.
A.R. — El invierno pasado en Florida, una mañana lluviosa, decíamos que con ese día no iba a ir nadie. Sin embargo, empezaron a llegar en taxi y no faltó uno solo. Eso da una muestra clara de la responsabilidad que la gente toma a pesar de que es un curso gratuito y que lo puede repetir más de una vez si lo necesita.
A.L. — Cuando empiezan a ir es claro que tienen interés y siguen yendo, pero ¿salen a buscarlos, o cuando abren un Centro MEC la gente ya viene buscando servicios?
K.A. — En general hay inscriptos antes de que el Centro MEC se abra, porque la Junta empieza a anotar antes de que se abran y cuando llegamos, como ocurrió en 18 de Julio (Rocha), ya había 200 inscriptos sin saber qué talleres ni qué horarios iba a haber, ni nada. Se habían inscripto desde niños hasta el más veterano del pueblo. Las expectativas están y son muy altas y tratamos de cubrirlas. A medida que va pasando el tiempo proponemos talleres nuevos y hay que seguir haciendo cosas.
A.L. — Los que quieran acceder a estos llamados para ser docentes de estos Centros MEC de la parte de Alfabetización Digital para adultos, ¿a dónde se tienen que dirigir hasta el 28 de mayo? Sabemos que tienen que vivir en las localidades donde se van a abrir estos Centros MEC.
K.A. — Sí, tenemos llamados abiertos para estos cinco que se van a abrir, para otros donde no tenemos docentes y en otras localidades nuevas como por ejemplo en Canelones, donde todavía no abrimos pero ya hay llamado para docentes. La página web es www.mec.gub.uy en la sección Llamados, este cierra el 28 de mayo pero se va a abrir otro para los nuevos departamentos que vamos a tener en agosto y vamos a estar con llamados todo el tiempo.
A.R. — Soriano, Colonia, Maldonado, Flores y San José, son los cinco departamentos que nos están faltando junto con Rivera y Tacuarembó que inauguramos este fin de semana, para completar todos los departamentos del país y para llegar al objetivo de tener 90 Centros MEC inaugurados llegada la primavera.