«Las empresas necesitan vincularse con quienes generan el conocimiento»

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Alianzas: un escalón ambicioso y poco desarrollado en nuestro país.

A la formación, asistencia y extensión, formas ya clásicas de vinculación entre las empresas y los centros de enseñanza o investigación, Agresta suma un escalón más ambicioso y poco desarrollado en nuestro país, las alianzas.

 

Juan Pablo Méndez – El tema de hoy será la vinculación entre la Universidad y la empresa.

 

Gerardo Agresta – Sí, es un aspecto importante en lo que es innovación tecnológica.

Se trata de un subconjunto de lo que es la vinculación de la Universidad con la sociedad.

 

J.P.M. – ¿Cómo se realiza esta vinculación?

 

G.A. – La vinculación surge principalmente porque cada vez más las empresas necesitan relacionarse con centros de generación de conocimientos.

Estamos hablando siempre de la economía del conocimiento, y es real que cada vez tenemos más incorporado el conocimiento a nuestra vida cotidiana: en la telefonía, en la computación, en el agua potable, en la electricidad. Entonces, cada vez más las empresas necesitan vincularse con quienes generan el conocimiento y si bien hay algunas empresas (unas cuantas), que tienen sus propios centros de generación de conocimientos, también lo hacen acercándose a las Universidades donde tienen otra fuente de captación de conocimientos para aprovecharlos para sus procesos.

Podemos distinguir cuatro grandes áreas de lo que es vinculación Universidad-empresa que son: la formación; la asistencia; extensión universitaria, y yendo a un grado de evolución mayor las alianzas público-privadas donde la Universidad o Universidades participan.

 

J.P.M. – Empecemos por la formación.

 

G.A. – Es la más antigua de la formas de vincularse, por ejemplo, en la generación de recursos humanos con la formación profesional que requieren las empresas para desarrollar sus actividades.

El relacionamiento se da muchas veces de manera informal, pero muchas veces se formalizan requiriendo por parte de las empresas alguna especialización de parte de sus graduados; alguna especialización para quienes ya son profesionales pero necesitan actualizarse profesionalmente (estar más cerca del conocimiento que se está generando todos los días). Incluso, en la formación, también hay una forma de relacionamiento especial en donde cada vez más las Universidades tienen como una asignatura la pasantía en una empresa; una formación curricular del estudiante que se hace aprendiendo dentro de la empresa con un tutor de la empresa, un tutor de la Facultad. Eso también es parte de ese relacionamiento que llamamos formación.

 

J.P.M. – Eso se hace por lo general cuando uno está por terminar una carrera, empresas que permiten pasantías de estudiantes que ya están por finalizar.

G.A. – Sí, literalmente es en los últimos años de una carrera de grado de cinco años. A partir de haber completado el tercer año por lo general empiezan a tener ese tipo de asignaturas de trabajo concreto en las empresas.

 

J.P.M. — Ahora, pasemos a la asistencia.

 

G.A. — La asistencia es una forma posterior, donde la Universidad brinda servicios de asesoramiento a las empresas. Pueden ser servicios tecnológicos, pueden ser organizacionales, legales, etcétera, en definitiva, servicios profesionales.

Lo que la Universidad busca es no competir con los egresados de la propia Universidad; no sacarle el trabajo a los profesionales que ella formó, sino generar valor con un diferencial que no pueden dar los egresados del medio trabajando independientemente.

Entonces, muchas veces se usa por la idoneidad que tienen los equipos de investigación para resolver un problema y hay algunas veces en que las empresas o los organismos llaman a la Universidad para que los asista como una entidad de referencia.

 

J.P.M. — Además, la Universidad tiene cierta imparcialidad.

 

G.A. — Claro, esa es la idea. Muchas veces es por eso que se busca la asistencia de la Universidad; para resolver problemas de las empresas, desvinculado de todo lo que puedan ser factores comerciales que puedan incidir en las decisiones.

 

J.P.M. — Exacto, recuerdo un caso que fue tratado varias veces aquí en Producción Nacional, que fue el emprendimiento Las Garzas en la Laguna Garzón, en el que una ONG había pedido que fuera la Universidad quien hiciera el estudio de impacto ambiental, porque la consideraban como una institución imparcial y dotada de conocimientos suficientes como para hacerlo.

 

G.A. — Sí, ese es un caso. Pero los Juzgados, por ejemplo, también cuando requieren peritajes muchas veces consultan a la Universidad porque hay catedráticos que son especialistas en los temas y dan una imparcialidad en las respuestas que parece que les da más garantías a ellos.

 

J.P.M. — Hablemos de extensión.

 

G.A. — La extensión es un paso más en la vinculación, que implica trabajar en conjunto para desarrollar soluciones nuevas.

Lo que aquí se busca es aplicar los conocimientos aplicados por la empresa y los que generó la Universidad, tratando de encontrar esas soluciones que se precisan.

Básicamente, en los trabajos de extensión universitaria existe una transferencia de conocimientos en los dos sentidos, una generación del conocimiento conjunta y ese es un desafío de trabajo importante sobre todo para cómo están acostumbradas las organizaciones a trabajar.

Compartir información, compartir conocimientos es algo difícil de lograr; es difícil generar la confianza, pero una vez que se alcanza se multiplica el resultado.

 

J.P.M. — Pasemos a las alianzas, que tu decías que es un paso más allá en la evolución de la vinculación entre Universidad y empresa.

Cuando hablamos de alianzas, ¿a qué nos referimos?

 

G.A. — Las alianzas se hacen teniendo en cuenta proyectos a mediano o largo plazo, donde se generan entidades como Centros Tecnológicos, Asociaciones, Consorcios para el trabajo conjunto entre la Universidad y una empresa o un conjunto de empresas. Esos centros determinan los fines; se determina la organización que la llevaría adelante y se hacen planes a mediano plazo.

Digamos que es como la extensión, pero ya mirada con un horizonte mayor.

Si bien en extensión se llevan adelante programas que pueden ser de algún año, son proyectos más puntuales, más concretos.

 

J.P.M. — A término.

 

G.A. — Sí. Y esta ya es una mirada al futuro, buscando potenciar algunas zonas que pueden tener necesidades, una empresa o un grupo de empresas. Hay varios ejemplos en el mundo y también en el Uruguay.

 

J.P.M. — Hablamos de los distintos tipos de vinculación que hay entre la Universidad y la empresa, pero ¿cómo se está canalizando el relacionamiento entre la Universidad y la empresa hoy por hoy?

 

G.A. — En general, lo más sencillo es la formación. Hay que sintonizar la oferta y la demanda, establecer un contrato de trabajo para pasantías de estudiantes, definir cursos de actualización profesional según las necesidades de las empresas. Esto se hace y es lo más sencillo.

La asistencia requiere reconocimiento público del valor que representa consultar a una Universidad sobre determinado tema, y en general lo que se hace es firmar contratos para proveer servicios de asistencia, en particular, de asistencia técnica.

Los proyectos extensión se hacen generalmente a través de convenios, donde hay que ponerse de acuerdo en qué es lo que pone cada uno; qué es lo que aporta en dinero; qué es lo que aporta en materiales; qué es lo que aporta en conocimientos y en estos casos es importante definir claramente aspectos claves como los relacionados a la propiedad intelectual, porque al generarse conocimientos, después la explotación de ese conocimiento va a generar dinero, entonces hay que encontrar el término de acuerdo en donde las dos partes estén satisfechas.

Las alianzas requieren una organización institucional específica, por ejemplo: los Consorcios. Ese es un caso concreto donde se firma un acuerdo para llevar adelante tal fin.

Nosotros en la Fundación Ricaldoni tenemos uno que hemos firmado con la Cámara Uruguaya de Tecnología de la Información (CUTI), para desarrollar un Centro de Ensayos de Software que creo que es un ejemplo bien interesante de vinculación Universidad-Empresa, es inédito en Uruguay y amerita que le dediquemos una columna en un próximo programa.

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