«La idea de que el producto orgánico es caro es un prejuicio»

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Uruguay tiene todas las características como para posicionarse en el mundo como un país exportador de productos sanos y de alta calidad, específicamente en el área ecológica.

El mercado de los productos ecológicos está creciendo en todo el mundo y algunos especialistas evalúan que en este momento se estaría gastando 25.000 millones de dólares por año en todo el mundo en productos alimenticios ecológicos.

La producción orgánica es aquella que produce animales o vegetales sin utilizar productos sanitarios, pesticidas, fungicidas, fertilizantes, aditivos o cualquier otro tipo de producto químico, y que además apunta a mantener la conservación del suelo y del agua. Uruguay tiene una larga tradición en el tema de los productos ecológicos que comenzó en 1980, aunque en los últimos años ha obtenido importantes avances.

En 2003, según datos del Ministerio de Ganadería, había 800.000 hectáreas de producción orgánica en el Uruguay. De todas formas, 750.000 hectáreas son de ganadería extensiva. Hoy conoceremos cómo funciona la Ecotienda, un emprendimiento desarrollado por la Cooperativa de Pequeños Productores Orgánicos, donde se juntaron los productores de diversos puntos del país, que a su vez se unieron con un grupo de consumidores también de productos orgánicos.

En esta Ecotienda, que está en Maldonado y Santiago de Chile, se pueden encontrar desde dulces y lácteos, hasta productos de tocador hechos y certificados como 100% orgánicos. Para conocer este emprendimiento dialogamos con Ivet Alvarez, productora orgánica e integrante del equipo que coordina la Ecotienda y con Raquel Méndez, que pertenece al grupo Amigos Consumidores de Productos Agro-ecológicos del Uruguay.

 

Alejandro Landoni — ¿Ivet, hace cuántos años que es productora orgánica?

Ivet Alvarez — Desde el año 1997.

A.L. — ¿Dónde tiene su predio?

I.A. — Tenemos la chacra aquí muy cerquita, en Ciudad del Plata, departamento de San José. Eramos de Montevideo, y en realidad la de mudarnos fue una decisión tomada con mi esposo de buscar una alternativa distinta. No teníamos mucha experiencia, pero fue una decisión tomada un poco de forma inconsciente en aquel momento. Hace 25 años que estamos.

A.L. — ¿Antes a qué se dedicaba?

I.A. — Nada que ver… teníamos un reparto y solamente teníamos una huertita en el fondo de la casa. Eso fue un poco lo que nos entusiasmó y empezamos a averiguar y a vincularnos.

A.L. — Un poco a contracorriente de la gente de campo que se viene para la ciudad.

I.A. — Exactamente. Nuestra familia y amigos nos tildaron de locos, pero no nos arrepentimos en absoluto de la decisión tomada.

A.L. — Algunos oyentes con buena memoria auditiva quizás recuerden la voz de Raquel de un programa que se emitía aquí en AM Libre los domingos, “El programa del Trueque”.

Raquel Méndez — Exactamente. Con Julio García como conductor.

A.L. — ¿Fruto de la crisis del año 2002?

R.M. — Sí, en gran parte sí, aunque no diría que totalmente. Es lo mismo que pasa con la producción orgánica, donde también hay un intento de deseo de un mundo diferente. Pero sí, algo que despertó fue la crisis.

A.L. — Un mundo diferente… Ese puede ser un buen concepto porque realmente es interesante ver cómo un grupo de productores orgánicos se unió primero en una cooperativa, pero después fue a buscar a los consumidores para darles parte en la gestión de su propio emprendimiento.Vayamos por parte.

¿Cómo se creó esta cooperativa de productores orgánicos?

I.A. — Los pequeños productores nos integramos a través de la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay (APRODU) — que es una asociación civil sin fines de lucro —, y desde hace 13 años están viniendo a la feria del Parque Rodó, que es un espacio de comercialización directa donde estamos todos los domingos del año en las mañanas.

Nos ubicamos entre la sede de Defensor y la plaza de deportes.Esto de formalizarnos como cooperativa nace junto a la Ecotienda y con la organización de los consumidores. Hay una feria; hay una relación y un vínculo muy estrecho con los consumidores, no solamente porque los consumidores van a buscar un producto distinto, sino porque se genera una relación distinta, de confianza y de responsabilidad para los productores, para generar esa confianza que necesita el consumidor. Un poco a demanda de los consumidores, ellos plantean la necesidad de encontrar un lugar físico todos los días de la semana, porque la feria está bárbara y sigue funcionando lo más bien, pero si un domingo llueve o nos vamos para afuera, se complicaba un poco.

Entonces, juntos los dos, empezamos a pensar — porque nace junto esto: los consumidores y los productores —; cómo podíamos hacer. En el inicio, no teníamos muy claro cuál podía ser el proyecto que iba a salir de eso. Ahí, pensando juntos en reuniones es que después surge lo que hoy es Ecotienda.

A.L. — ¿Estos productores son de qué tamaño?

I.A. — Son pequeños, el promedio es de diez hectáreas: Hay productores de tres y hay productores de 15, pero el promedio son diez hectáreas.

A.L. — ¿Se dedican sólo a orgánicos?

I.A. — Sólo orgánicos.

A.L. — ¿Por qué una cooperativa?

I.A. — Al principio no sabíamos muy bien cómo nos podíamos organizar. Necesitábamos una forma jurídica si queríamos establecernos con un comercio, porque teníamos que tener legalmente cómo podíamos conformarnos. Entonces, pensamos que una cooperativa era un buena herramienta y hoy estamos convencidos de eso.

A.L. — ¿Cómo funciona esta cooperativa en la práctica? ¿Compran los insumos juntos?

I.A. — No, es la comercialización de los productos. Estamos tratando también de avanzar en eso; en tratar de encontrar otra forma de encontrar otros beneficios para los productores, poder acceder a comprar algunos insumos.

A.L. — ¿Hay algún tipo de planificación de la producción?

I.A. — Entre los productores hay quienes producimos horticultura; quien hace miel, quien hace quesos, quien se dedica a las hierbas aromáticas o a las hierbas medicinales.En la horticultura, que es donde es más difícil la planificación, hemos hecho muchos intentos y seguimos haciendo porque esa expectativa todavía no se ha cerrado bien. Lo que hacemos es tratar de tener informes continuos para tener una oferta variada, que no nos falte ningún rubro, y tener para nuestros consumidores una oferta variada, pero depende mucho del suelo de cada productor y también se tienen muy en cuenta los canales.

Hay productores que comercializamos a través de la Ecotienda y también en la feria del Parque Rodó y también hay productores que comercializan en servicios de canasta, servicios de entregas a domicilio. Entonces, depende un poco del canal que cada productor tenga el ver cómo nos organizamos, pero para en la Ecotienda y en la feria — que son canales asociativos —, tener una oferta variada todo el año.

A.L. — ¿Son unos 30?

I.A. — La cooperativa tiene unos 30 productores. Hay algunos requisitos; obviamente la prioridad de los productos que se comercializan son de la cooperativa, pero si dentro de la cooperativa faltara algún rubro, se plantea a otros productores que por distintos motivos no integran la cooperativa, y se les compra a ellos.Porque hay grupos de productores que comercializan y tienen sus propios canales, a través de las cadenas de supermercados.

A.L. — ¿Cuál es la historia de este grupo de Amigos Consumidores de Productos Agro-ecológicos del Uruguay?

R.M. — Creo que un poco Ivet lo adelantó. Nosotros al principio ya éramos consumidores de productos orgánicos por elección; porque queríamos ese tipo de alimentación.También como decía Ivet, el ambiente de la feria es muy distinto a cualquier otro lugar que pueda imaginarse. Allí se termina siendo amigo con los productores, los clientes entre sí.

Nosotros como los clientes sabemos los nombres de la gente, las actividades, entonces eso acerca a la gente y empezamos a pensar que era importante dentro de este mundo un poco distinto, que el consumidor tomara responsabilidades y que no fuera solamente un demandante: “Yo quiero esta verdura y quiero este precio”, si no que aportara en apoyo.Nos empezamos a reunir, en el año 2004 fue que formamos este grupo, a partir de allí nos planteamos diferentes actividades siempre tratando de promover el conocimiento de la agricultura orgánica. Entonces, organizamos talleres, contando con la ayuda de técnicos o incluso de productores que nos orientaran.

A.L. — ¿La gente de CEUTA les ha dado una mano?

R.M. — Si, por supuesto que sí. Incluso allí empezó la Ecotienda; ahora está en Maldonado.

Un año y medio estuvimos ahí escondiditos. Era muy chiquito pero era precioso, entrañable, y sigue siendo.También organizamos visitas a los predios, que eso es muy importante; por un lado son totalmente placenteras y por otro lado, se aprende mucho. El consumidor ve exactamente cómo está producido lo que consume, lo que lleva a su casa como alimento. Ve los productos que se usan; ve exactamente cómo trabaja el productor. No tiene ninguna duda.Esa confianza de la que hablaba Ivet, en realidad no es una confianza gratuita, está bien basada en esa confianza que ellos nos brindan de abrirnos las puertas en cualquier momento.

A.L. — En Uruguay funciona desde el año 2008, por un decreto, un Sistema Nacional de Certificación de la Producción orgánica. Este sistema estableció reglas para la producción, elaboración, certificación y también la comercialización de productos orgánicos.

R.M. — Exacto.

A.L. — Sus productos son orgánicos, ¿quién lo certifica?

I.A. — Salió después de mucho pelear — porque fue aprobado dentro del Ministerio este sistema —. Esto no es un invento de Uruguay; se está dando en Brasil, Chile, Paraguay, Argentina; ya ha habido encuentros a nivel del Cono Sur, acá recién se empieza a reglamentar.A este sistema nosotros lo llamamos un sistema de garantía participativa, porque es realmente participativa.

Están involucrados todos los actores de la cadena: productores, consumidores, técnicos. Y está dividido en el país por regionales porque hay productores orgánicos en todo el país. Dentro de cada regional, hay referentes de la zona como pueden ser el cura, el pastor, el médico, el maestro, que también se involucran en este sistema.Los productores libremente eligen un comité de ética de cada regional, donde tienen que estar todas estas puntas y ahí hay formularios, hay normas (europeas), para seguir en la producción orgánica. Los productores llenamos un formulario con los datos del predio y este comité de ética nos visita una vez al año y se hace un informe; es un sistema excluyente porque lo que pasa es que si no cumplimos las normas nos hacen observaciones, y nos pueden dar o no la certificación por seis meses y en ese tiempo ver qué paso.

A.L. — ¿Qué pasa en un predio chico donde la gente está inserta en un lugar en el cual los vecinos no son productores orgánicos y de repente tiran pesticidas, fertilizantes y eso contamina?

I.A. — Dentro de las normas, tenemos instancias y cortinas naturales. Cortinas le llamamos cuando hay una cortina de árboles naturales. Tenemos que respetar. Hay distancias que están establecidas en las normas, que tenemos que respetar. Puedo tener una hectárea, pero tengo que tener una distancia con mi vecino, productor convencional, de 40 metros, que en definitiva voy a perder porque en ese espacio no puedo producir.

A.L. — Eso debe dar para que surgan conflictos…

I.A. — Sí, pero en general con los vecinos también se puede conversar y plantear.Cuando nosotros nos mudamos para la chacra, nuestros vecinos eran convencionales y los días de las derivas de los vientos les pedíamos que por favor no curen esos días… no es fácil.

A.L. — Creo que lo más interesante es la relación entre los productores y los consumidores, porque cambia la lógica de que por un lado están los que producen y por otro lado están los que demandan, como decía Raquel, en esta gestión los consumidores tienen un rol.

I.A. — Apoyando. No solamente apoyando por la necesidad de consumir un producto sano, sino porque además el proceso que hay detrás de ese producto, está el pequeño productor familiar y orgánico, que podamos quedarnos en el predio; que tengamos la posibilidad de poder vivir dignamente de esto porque es mucho más amplio el hecho de consumir un producto sano.

Para nosotros es un rol importante y ellos cumplen actividades dentro de la Ecotienda que son bien interesantes, por ejemplo la tabla comparativa de precios. Cuando a veces hablamos de que un producto orgánico es muy caro es porque hay un prejuicio.Quizás hace ocho años atrás pasaba eso, pero hoy creo que ya no es la diferencia; los consumidores se encargan de hacer una tabla comparativa de precios visitando ferias vecinales, puestos, supermercados y comparan con los productos nuestros de Ecotienda.

A.L. — ¿Comparan precio a precio o ponen otras variables?

I.A. — Precio a precio.

A.L. — Un kilo de tomates ecológicos contra un kilo de tomates….

R.M. — Exacto, pero incluso se había hecho una de las primeras veces en una de esas tablas, una compra virtual; una compra de cosas comunes: papas, huevos, lechuga, etc. Entonces, viendo cuánto sumaba esa compra virtual para una familia en productos no orgánicos y orgánicos, era prácticamente lo mismo.Algunos productos costaban menos, otros igual o un poquito más, pero el resultado final — que es la compra completa —, daba algo menos todavía, porque en realidad es eso: la idea de que el producto orgánico es caro es un prejuicio. Era muy caro cuando estaba sólo en los supermercados. Pienso que de ahí viene quizás el prejuicio, pero en sí no es caro.

A.L. — ¿Eso era porque los supermercados…?

R.M. — Sí, cobraban precios excesivos en relación con lo que le pagaban al productor. No sé ahora.

A.L. — ¿Cómo es esta relación ahora? Porque ustedes también tienen el concepto de lo que se denomina “comercio justo”. A su vez, los productores son ustedes mismos; eliminaron los intermediarios. ¿Tratan que los precios lleguen al público al menor precio posible?

I.A. — Sí, por eso siempre decimos que la Ecotienda es un emprendimiento muy ambicioso, porque manejamos los valores y los principios de la economía solidaria y del consumo responsable.En estos márgenes, un precio justo para los que producimos — que generalmente no pasa, porque siempre el intermediario es el que se lleva la mejor parte-, y un precio justo para el que consume.Entonces, con esa lógica que va contra todo el mercado convencional, sostener un espacio de comercialización como Ecotienda…

Ahí funciona un restaurante todos los días. Ese lugar se sostiene con las ventas, y sostener con unos márgenes muy justos por ser fieles a esos principios, no es fácil. Se hacen todos los aportes al Estado; hay tres compañeras que trabajan con un salario digno, — si bien el equipo coordinador es honorario — acorde a las ventas.

A.L. — ¿Son compañeras que son productoras?

I.A. — No, son empleadas de Ecotienda. Ellas atienden al público, hacen la parte administrativa.Hay un trabajo realmente importante y son ellas quienes lo llevan adelante.

A.L. — En la Ecotienda hay toda clase de productos. Desde queso a miel, frutas, verduras,… de todo. Tiene un pequeño restaurant arriba, y hacen entregas a domicilio también.

I.A. — Exacto. En Ecotienda se entrega lunes, miércoles y viernes, servicios a domicilio.Llaman en la mañana y en la tarde se le está entregando en la casa a los clientes y el restaurante funciona al mediodía, de 12 horas a 16 horas, con un menú orgánico y vegetariano donde los extranjeros fundamentalmente nos visitan muchísimo. Aunque aquí todavía no le demos mucho valor los extranjeros buscan muchísimo…

R.M. — Incluso algunos han ido con nosotros a alguna visita.

A.L. — También me llamó la atención que tienen folletos en inglés, en portugués, en español. ¿Qué conflictos han tenido más allá de que se nota que se llevan bien?

R.M. — ¿Conflictos entre productores y consumidores?

A.L. — Sí.

R.M. — Me atrevería a decir que ninguno. No recuerdo.Porque incluso cuando Ivet mencionaba lo de los precios, eso fue una de las cosas que nos gustó. La Ecotienda marca un precio de un producto y prácticamente es inamovible en esa cosecha. No existe el problema de que si hay mucha demanda se levanta el precio o si el producto sale poco se resuelve bajar el precio. No, es realmente el precio justo.Diría que conflictos no hemos tenido.

A.L. — ¿Donde está la Ecotienda?

I.A. — Está en Maldonado 1390, entre Santiago de Chile y Ejido, y el teléfono es 9006560 y tenemos una página web donde van a encontrar una lista de precios y productos www.ecotiendas.com.uy

Me quedó por contarles, pero otro día lo haremos, sobre un sistema que tenemos en Ecotienda de socios.

A.L. — Tienen descuentos del 20% ¿no?

I.A. — Exactamente.

A.L. — Ciento veinte pesos por mes.

I.A. — Cualquiera puede ir y hacerse socio y tres familias se benefician con este descuento, que no es poca cosa.

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