Juan Cacharpa – Cooperativa de Clasificadores

Juan Cacharpa es una de las pocas cooperativas de clasificadores que existen en nuestro país. Tiene 13 integrantes y se creó en enero de 2005, pero recién en agosto de 2006 comenzó a ser rentable.
Casi 20.000 uruguayos viven de la recolección y clasificación de residuos.

Juan Cacharpa es una de las pocas cooperativas de clasificadores que existen en nuestro país. Tiene 13 integrantes y se creó en enero de 2005, pero recién en agosto de 2006 comenzó a ser medianamente rentable.

Esto se debió a un convenio con la Intendencia de Montevideo, gracias al cual recibe todos los días un camión con residuos para clasificar.

Además, su gran logro fue haber organizado un circuito limpio de recolección en la Cooperativa de Viviendas Zona 3 de Cruz de Carrasco, donde cada familia en su casa separa los residuos orgánicos de los inorgánicos.

Juan Cacharpa ha sido tomada como modelo por el Ministerio de Desarrollo Social.

En este programa de Producción Nacional en TV CIUDAD no sólo conoceremos el trabajo de esta Cooperativa, sino que además abordaremos la problemática específica de los clasificadores, los esfuerzos del Estado para solucionarla y el papel de la Industria a la hora de desprenderse de sus residuos y formalizar el trabajo de aquellos que hoy se ganan la vida con un carrito.

Los clasificadores pueden convertirse en actores clave en la gestión de los residuos sólidos de las ciudades y en la recuperación de materias primas para su reciclaje.

Esto podría generar empleos genuinos y formales en las industrias del reciclaje.

Actualmente, los materiales recolectados por los clasificadores son comprados por intermediarios que luego revenden a las industrias que reciclan. Son como una bisagra entre el sector informal de los clasificadores y la formalidad de las industrias de reciclaje. A tal punto que algunos los llaman “la línea gris”.

Los clasificadores denuncian que estos intermediarios pagan precios arbitrarios e incluso que alteran las balanzas para pagar menos.

Para el Estado son empresas difíciles de controlar y, fuera de micrófonos, muchos jerarcas admiten que son «un mal necesario».

Este programa se grabó en dos etapas.

En la primera acompañamos a los Cooperativistas a recoger residuos inorgánicos en la Cooperativa de Viviendas Mesa 3, en lo que se denomina “el circuito limpio”.

Eduardo Pérez, uno de los entrevistados, sostiene que este circuito se aproxima a lo que debería ser el trabajo organizado de los clasificadores.

“El clasificador que trabaja en la calle, trabaja de cabeza adentro de un contenedor”, dice Pérez y agrega que, desde que trabaja con residuos inorgánicos, puede volver a la casa y abrazar a sus hijos, cosa que antes no podía porque “el mal olor se me quedaba en la piel”.

En la segunda, estuvimos en la etapa de clasificación, la que se realiza en un terreno de la propia Cooperativa.

Este programa nos permitió acercarnos a una problemática compleja, que incluye el trabajo familiar y de menores, la fuerte exclusión social, la falta de conciencia social en el manejo de los residuos domiciliarios, el escaso control del Estado en el manejo de residuos industriales, enormes intereses económicos que se esconden en el informalismo y la posibilidad de que el país todo genere valor y ahorre divisas reciclando residuos.

Cuando uno ve un carrito circulando por la calle, sólo está viendo la punta del iceberg.