«El desarrollo de energías renovables favorece el progreso de la industria nacional»

0
2364

En base a fuentes energéticas renovables o alternativas, organismos de gobierno y el sector académico trabajan en el desarrollo de tecnologías que permitan modificar la matriz energética de nuestro país. Un Programa que apunta a los requerimientos de la población, pero que hace especial énfasis en las demandas de las industrias y el sector productivo.

Con el Ingeniero Industrial Mecánico José Cataldo, docente de Facultad de Ingeniería
Entrevista emitida el martes 12/08/2008 en Producción Nacional – 1410 AM LIBRE

 

 

Alejandro Landoni – El alto precio del petróleo, la falta de agua en los embalses de las represas y el aumento en el precio del gas, hicieron tangible la denominada crisis energética y pusieron el foco de atención en las energías renovables.

Desde finales de la década del 50, la Facultad de Ingeniería está estudiando fuentes alternativas de energía y particularmente la energía eólica.

La Facultad instaló hace 12 años un aerogenerador en la Sierra de los Caracoles (en el departamento de Maldonado), pero el mismo no concitó la atención de las autoridades uruguayas.

El decano de Ingeniería, Ismael Piedra Cueva, sostuvo durante el Foro de Innovación de las Américas que se desarrolló este año en Punta del Este, que «en su momento la energía eólica salía ligeramente más cara que la hidráulica. No se tuvo la visión de mediano y largo plazo de que se trata de una energía que podía ser muy provechosa a futuro».

Piedra Cueva reconoció que la iniciativa se dejó caer «sin evolucionar ni un solo milímetro» y agregó que «es uno de los casos claros de la falta de proyección que se tiene en nuestro país».

Ahora que «las papas queman», y que el Estado permitió a privados la generación de energía para venderle a UTE, las energías renovables volvieron al tapete.

Actualmente, en el mismo lugar donde está el aerogenerador de Facultad de Ingeniería, la UTE va a instalar otros 5, mucho más grandes (con 107 metros de alto cada uno).

Para elegir el lugar se tomó en cuenta un mapa eólico que realizaron los investigadores de Ingeniería.

Aunque en estos días esté bajado, el petróleo duplicó su precio este año. Si bien actualmente los embalses de las represas están llenos, el agua faltó en los últimos meses e hizo que algunas represas estuvieran cerradas al 100% durante varios días. Ante esta situación, el Estado tuvo que echar mano a Centrales Térmicas.

Como si fuera poco, el aumento del precio del gas argentino hizo que sectores de la industria uruguaya y las residencias que tienen gas por cañería, vieran incrementadas sus tarifas, en algunos casos hasta en el 30%.

En este marco internacional y en este contexto interno es que otra vez se comienza a estudiar el tema de las energías alternativas y las energías renovables.

De hecho, desde el año 2005 hasta la fecha se han ejecutado muchas iniciativas, entre ellas se ha permitido a algunos privados generar energía eléctrica con energías renovables.

En Uruguay la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República está investigando energías renovables y alternativas desde la década de los años 50.

Los profesionales trabajan en estos temas y particularmente con la energía eólica, que como saben es la que se genera en base al viento.

El primer gran aerogenerador que se colocó en nuestro país, en Sierra de los Caracoles, lo instaló la propia Facultad de Ingeniería con el apoyo de algunas otras instituciones.

¿Cómo está viviendo usted después de trabajar durante tantos años en estos temas, el auge que hay de la energía eólica y de la energía alternativa en general?

José Cataldo – Con mucho entusiasmo. Las fuentes energéticas que nombramos como renovables o alternativas tienen la peculiaridad de ser además autóctonas, es decir que no requieren del gasto de divisas o de otros recursos para su obtención. Incluso la tecnología puede ser desarrollada en el país a los efectos de su conversión en formas útiles de energía como la eléctrica o la mecánica.

Si uno mira cómo los países del mundo planifican sus materias energéticas, en general la soportan casi en su totalidad para sostener, aunque sea parcialmente, los requerimientos de las demandas de energía de la población y de las industrias.

Entendemos que son extremadamente relevantes para lo que puede hacer la economía del país, no solamente por la cantidad de energía que pueden llegar a proveer sino también por las oportunidades que surgen alrededor de sus usos. Estas oportunidades que son de tipo ambiental, económico, industrial y que pueden apoyar el desarrollo del país.

A.L. – Incluso hay una iniciativa para crear aerogeneradores en el Uruguay. Eso podría aplicase a un mejor desarrollo industrial, ¿a eso se refiere?

J.C. – Así es, justamente estamos trabajando en un programa que tiene en parte ese objetivo. Entendemos que la tecnología, en particular la que se usa en la energía eólica o en la energía solar térmica, es relativamente simple o al menos se puede decir que es conocida en nuestro país. No hay que introducirla, lo que hay que introducir sí es el conocimiento necesario para la construcción de los equipos; pero no los componentes que hacen a esa tecnología, lo cual es muy beneficioso. Si nosotros quisiéramos introducir una tecnología de la cual no conociéramos nada entonces crearíamos una dependencia, no sólo de una fuente energética sino de una tecnología lo cual resulta peor todavía que la dependencia energética.

Alrededor del desarrollo de estas energías aparece la oportunidad de propiciar el desarrollo de la industria nacional, y por lo tanto del país en su conjunto.

En este entorno aparecen oportunidades para las obras civiles, para las metalúrgicas pesadas, para la electrónica de potencia, para los estudios ambientales y para quienes puedan hacer torres de hormigón. Incluso estamos hablando de volver a tener en el país una industria como la que se tuvo en su momento de materiales compuestos.

A.L. – Lo que usted dice va en sintonía con lo que dijo el Decano de Ingeniería. ¿No hubo una visión política de las autoridades? ¿No hubo una visión tampoco de los industriales? ¿Ustedes hace cuántos años trabajan en el aerogenerador en la Sierra de los Caracoles?

J.C. – Hace 10 años, casi 10 años.

A.L. – ¿Y nunca nadie vio toda esta realidad? En el archivo de Producción Nacional estaba mirando una nota que le realicé en el año 2004, en la que contestaba afirmaciones del entonces Ministro de Industria José Villar, quien sostuvo que la energía eólica era cara para este país. Usted explicó porqué no era cara.

Todas estas oportunidades ambientales, económicas e industriales, que desarrollan una industria que en Uruguay existía antes y no la tiene ahora, de las que usted hablaba recién, ¿deberían ponerse en la balanza para definir si la energía eólica es cara o no?

 

J.C. – Así es cuando uno escucha esas aseveraciones, -y creo que lo que voy a decir va a ser bastante parecido a lo que dije en su momento respecto a la contestación que usted citó-, cuando usted ve el desarrollo de una fuente energética del tenor que está teniendo en ciertos países y en los cuales se remunera la energía eléctrica que se obtiene a partir de la eólica con cantidades de dinero algo mayor tal vez, a la energía que proviene de otras fuentes energéticas, sería interesante preguntarnos porqué es así. ¿Qué hay detrás de eso? Si es que simplemente es un deseo filantrópico de beneficiar el ambiente o la sociedad de una manera que no lo vemos y si detrás hay algún tipo de resultado económico que no sabemos visualizar.

Y cuando uno va y mira en detalle lo que ocurre en esas sociedades, observa diferentes modalidades que tienen de retornar esos dineros que se pagan por encima las tarifas de energía eléctrica con respecto a otras. Alternativas tales como analizar cuál es el retorno que tiene a la sociedad, por ejemplo en que haya una Planta de Producción de Aerogeneradores en el país.

Hace poco tiempo con los colegas de UTE tuvimos oportunidad de visitar España, visitamos algunas Centrales Eólicas y también tuvimos oportunidad de estar en Plantas de Producción de los generadores. En particular me llamó la atención una ubicada en la Provincia de Soria, en uno de los lugares de menor densidad de población de Europa. Allí el gobierno local, a sabiendas de que se iba a instalar un Parque Eólico en las cercanías, se propuso, -como obliga la legislación en España-, instalar una Planta de Producción de Aerogeneradores en esa provincia. Eso propició el desarrollo local a un extremo que hoy hay una actividad normal.

Ese es uno de los caminos y uno de los elementos que hay que poner en la balanza, es decir, ¿cuál es el beneficio que tienen?

Otro caso interesante para nosotros por el tipo de estructura social que tenemos y actividades económicas, es lo que ocurre en Dinamarca donde se propicia que los productores agropecuarios daneses inviertan en energía eólica, se les remunere adecuadamente y gracias a eso los productores daneses tienen ingresos alternativos adicionales. Esta gente permanece en el campo con algo que nosotros conocemos con cierta realidad que nos golpea y es que la gente se va del campo cuando no tiene alternativas de desarrollarse económicamente más allá de la explotación agropecuaria.

A.L. – La Facultad de Ingeniería está hace casi 60 años investigando y desarrollando energías alternativas para nuestro país. Estuvieron muchos años en una inmensa soledad. Ahora se han insertado en distintos organismos, por ejemplo en este Programa Nacional de Energía Eólica que está ejecutando.

¿Cuál es la participación que tienen allí, y cuál es básicamente el cometido del programa?

J.C. – El programa tiene como objeto el propiciar el desarrollo del uso de la energía eólica tal cual su el título.

Para ello se marcaron diferentes objetivos. Hay uno que es poner a disponibilidad de la sociedad o de los interesados información sobre el recurso eólico, lo cual hoy por diferentes motivos no ha llegado a la sociedad para poder desarrollar una fuente energética como esta.

Se piensa transformar los mapas eólicos disponibles para poder ser manejados en una forma más amigable como se dice habitualmente.

A.L. – ¿Qué es un mapa eólico? ¿Es un mapa de los vientos?

J.C. – Es un mapa que presenta en los diferentes puntos de un cierto territorio, de una cierta zona; las características que tiene el viento en cada punto de esa zona.

Por ejemplo, qué valor media del viento a lo largo de un año, de dónde vienen preferentemente los vientos, qué probabilidad hay de que se den vientos de mayor o menor intensidad; eventualmente qué energía se podría llegar a obtener de un aerogenerador instalado en un cierto punto.

Es decir que, un mapa eólico da una información relativamente amplia sobre este recurso en un país. Esto permite dar una idea de dónde está concentrado el recurso y así dónde hacer los estudios en detalle para luego instalar un Parque Eólico.

A.L. – Supongo que no es lo mismo medir el viento a nivel de la Tierra que medir el viento a la altura que se encuentran estos aerogeneradores.

J.C. – Así es. Tal vez que para hacer el mapa eólico uno puede partir de mediciones tomadas a menores alturas, aplicando metodologías de cálculo. Cuando nosotros sabemos que en un lugar hay viento, hay que tener en cuenta la altura del eje del aerogenerador.

Puede ser a 60, 70, 80, 100 o 160 metros como existen equipos en este momento aquí.

A.L. – Con un viento de 90 kilómetros por hora, ¿qué pasa con los aerogeneradores?

J.C. – En ese caso se apagan, aunque a 90 kilómetros por hora, uno de los generadores todavía puede operar.

Un aerogenerador opera hasta una velocidad de viento de casi 100 kilómetros por hora. Hay determinados tipos de modelos más o menos robustos.

A.L. – ¿Y qué pasa cuándo se supera esa velocidad, los trancan?

J.C. – Sí, se apaga primero. El propio motor se utiliza para frenar el aerogenerador. Se acciona los frenos aerodinámicos y una vez que la velocidad del rotor bajó a cierto valor, tranca o se acciona un freno de disco como el del automóvil. El rotor queda sujeto por el freno.

A.L. – ¿En este Programa Nacional para el uso de la energía eólica, el primer punto entonces es buscar la información que esté disponible?

J.C. – La Facultad de Ingeniería, a lo largo de estos años ha juntado una cantidad importante de información. En estos momentos se están haciendo mediciones tanto por parte de UTE como por parte del Programa. Estos estudios van a abundar aún más la información que dispone nuestro grupo de trabajo, incluso se va a poner a disponibilidad los datos que sean necesarios para que luego se sepa dónde está el recurso y dónde hacer los estudios de detalle.

Eso es básicamente la tarea central en este Programa. De cualquier manera, tenemos otras tareas, por ejemplo, como parte de la actividad se va a poner una red de monitoreo de viento en el país y entonces nuestro grupo tiene como responsabilidad la selección del equipo, el armado de la red de monitoreo, cómo se va a gestionar esa red de monitoreo, etc.

Luego el proyecto tiene 4 capítulos que entendemos que son muy relevantes.

Hay que saber mucho del viento, porque es necesario establecer cuánta energía hay.

Esto es necesario para saber por ejemplo, cómo fijar las tarifas que se van a pagar con la numeración de la energía eléctrica generada a partir de la eólica y durante cuánto tiempo se van a pagar esas tarifas de manera que sea un negocio atractivo para los inversores.

A.L. – ¿La Facultad de Ingeniería es la única institución capaz de hacer ese tipo de desarrollos en el Uruguay?

J.C. – La medición no es el punto central de todo esto. En el país existen instituciones que debido a sus diferentes funciones y objetivos, miden distintos parámetros en particular el viento.

La Dirección Nacional de Meteorología, el Servicio de Oceanografía e Hidrografía y Meteorología de la Armada (el SOMA), la UTE también hacen mediciones. Esto va a incorporar nuevos relevamientos. Lo que hay que tener en cuenta es el tipo de medición, o sea sobre qué tipo de mástil se instalan, a qué altura se instalan, qué características tienen los censores.

La medición que se hace para el relevamiento de la energía eólica es un poco distinta a la que se hace con fines sinópticos (para decir cuál es el estado del tiempo).

En nuestro país existen capacidades para hacer mediciones y justamente nuestra actividad en este capítulo de selección del equipamiento y de desarmado de la red de monitoreo tiene un capítulo de gestión, de cómo gestionar esta red de monitoreo.

Parte de la gestión implica identificar de qué manera y qué institución puede llevar adelante la operación de la red de monitoreo.

Volviendo a los capítulos del Proyecto; hay 4 capítulos que nos parecen muy interesantes, tan interesantes como este.

Uno es lo que tiene que ver con los temas ambientales. El Uruguay no tiene en la legislación un beneficio claro para este tipo de fuentes energéticas y de qué manera se las puede beneficiar. Hay que decir que realmente son beneficiosas, sobre todo en el impacto ambiental que tienen, ya que es verdaderamente muy reducido. También está el planteo de lo que podría ser el estudio del impacto ambiental.

Esos tipos de elementos son componentes que se van incorporando en el Proyecto.

Otro capítulo es lo que tiene que ver con los marcos regulatorios.

El tercer punto es la parte económica, es decir: cuánto hay que remunerar la energía eólica, durante cuánto tiempo hay que hacer una remuneración.

Todo esto para asegurar que estamos suponiendo hacer atractiva este tipo de energía.

Y el último capítulo, es el tema industrial. Es un tema extremadamente relevante porque es lo que permite hacer el cierre de la cuenta.

Poder desarrollar la industria nacional, que en conjunto con la industria extranjera produzcan equipamiento y eventualmente en el futuro tengan licencias propias, o incluso se proyecten la venta de generadores a la región.

El capítulo industrial recién se está iniciando. Simplemente se ha dado a conocer sus principales características, y a esta altura ya se han tenido entrevistas con más de una decena de empresas. Todas se mostraron muy interesadas.

No hay comentarios

Dejar respuesta