La gerencia para la promoción del comercio industrial exterior pretende impulsar la internacionalización de las Pymes, apoyando conglomerados y promoviendo la participación en comisiones bilaterales.
Fernando Schreiber, asesor del Ministerio de Industria
Uruguay depende inevitablemente de las exportaciones, que en este momento están en franca mejoría aunque siguen estando ligadas a productos de bajo valor agregado. Uruguay exporta básicamente carne vacuna, cereales, lácteos, algunos granos, pero no exporta muchos productos de alta tecnología o que sean intensivos en manos de obra. Esa es una de las apuestas del Uruguay Productivo.
Intentando solucionar estos problemas, la pasada administración creó dentro del Ministerio de Industria una gerencia específica para la promoción del comercio industrial exterior. Esta nueva gerencia está trabajando actualmente en múltiples líneas de acción, desde un análisis del modelo del negocio minero hasta un permanente impulso a la internacionalización de las Pymes basado por ejemplo, en apoyar los conglomerados y en la participación de comisiones bilaterales mixtas.
Es una dependencia pública que está funcionando desde hace un año y medio, se creó en la ley de presupuesto del año 2008, y ha tenido poca repercusión pública. Al frente de la misma está nuestro invitado, el licenciado en Relaciones Internacionales, Fernando Schreiber.
Alejandro Landoni — ¿Esta dependencia depende de la Dirección Nacional de Industria o del propio ministerio?
Fernando Schreiber — No. Depende de la Dirección Nacional de Secretaría, dentro del Ministerio de Industria, y también trabaja en estricta relación con las demás direcciones nacionales que tiene el Ministerio de Industria, que a pesar de que su nombre es largo “Industria, Energía y Minería”, además hay que agregar que tiene temas en telecomunicaciones, en propiedad industrial, en la pequeña y mediana empresa, y también tiene la autoridad reguladora en materia de de energía nuclear.
A.L. — Esta oficina se creó en la ley de presupuesto del año 2008 en la cual se crearon cargos de alta conducción en el Estado.
F.S. — Correcto.
A.L. — ¿Qué quiere decir? Se enmarca en eso, ¿no?
F.S. — Sí, en el ámbito de lo que se podría decir una reforma del Estado, una pequeña parte de la reforma del Estado. En el año 2008 se crearon cargos de alta conducción básicamente con perfiles muy definidos de funcionarios que cumplieran una serie de requisitos para poder ser un área gerencial que esté en la cúspide del aparato administrativo del Estado y en estricta relación con los funcionarios de confianza política que asumen en cada uno de los ministerios. Entonces, de alguna manera se asesora y se desarrollan actividades gerenciales de acuerdo a las políticas que fijan las políticas nacionales.
A.L. — Cuando escuchamos hablar de la creación de una nueva oficina para promocionar el comercio exterior, en este caso, el industrial, pensamos que ya hay varias, y que de hecho el Instituto Uruguay XXI había centralizado esa diversidad de esfuerzos estatales en ese sentido. ¿Por qué crear una nueva oficina?
F.S. — Claro. Es muy buena la pregunta. Compartimos absolutamente la visión de que en el país había una superposición de actividades tendientes a lo mismo, en este caso, estamos hablando de la promoción de comercio exterior, que lo tiene como cometido central Uruguay XXI y de hecho, nosotros trabajamos articulando directamente con Uruguay XXI.
El tema de la gerencia a nivel del ministerio tiene que ver primero con una fase interna que es asesorar a las autoridades del ministerio en lo que tenga que ver con el comercio exterior, básicamente industrial. El comercio exterior tiene múltiples facetas y como usted bien decía, tenemos un desarrollo primario, pero también tenemos una agroindustria donde se comparten aspectos industriales con aspectos de resorte del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. En un primer aspecto entonces, asesorar, estudiar e investigar en el plano industrial para dentro del ministerio.
Segundo, tener una articulación desde el ministerio con la propia base industrial. Las relaciones que se mantenían con la Cámara de Industrias y la Unión de Exportadores y cualquier otra cámara del sector industrial, pasaban fundamentalmente por la Dirección Nacional de Industrias, que es una dirección del ministerio, pero desde el punto de vista general y de las necesidades generales, se determinó por parte de las autoridades del gobierno anterior que había una necesidad adicional de tener una articulación mucho más estrecha.
El tercer elemento es la articulación con el resto de las organizaciones del Estado, que no sólo son las organizaciones que tienen la competencia de la promoción del comercio exterior, sino que es la articulación con intereses en común, con vistas a la inserción internacional, que puedan tener otros ministerios al igual que el Ministerio de Industria.
A.L. — Claro, es un entramado más complejo.
F.S. — Mucho más complejo.
A.L. — Hablé con Teresa Aishemberg, secretaria ejecutiva de la Unión de Exportadores, y con Elbio Fuscaldo, el presidente de la Comisión de Comercio Exterior de la Cámara de Industrias, ninguno de los dos conocía esta oficina.
F.S. — Claro. La ley crea cargos de alta función que son gerencias, pero todavía no creó toda la estructura de una debida gerencia donde tienen que haber un departamento que funcione en múltiple? Entonces, nos conocemos todos y trabajamos todos en conjunto.
La gerencia en realidad, no tiene que tener como tal un conocimiento público de que existe una gerencia. Sí, tiene que saber el empresario que tiene a quién recurrir para plantear determinados temas de articulación. Esto lo hemos construyendo en este año y medio de gestión donde vamos compartiendo instancias de viajes al exterior, comisiones comerciales, vamos recibiendo problemáticas que plantean los propios industriales al respecto de algunas cuestiones puntuales ya sea de normativas, de modificaciones o de problemas con licencias que tienen en el exterior, que de alguna manera llegaban a través de otras instituciones o de otros ministerios al Ministerio de Industria, pero que ahora también tienen una ventanilla donde golpear esos industriales para que le demos una canalización lo más rápida y ejecutiva posible dentro del propio ministerio.
Entonces, es posible que todavía no tenga una visibilidad tan grande.
A.L. — ¿Cuáles son los objetivos que se plantean para desarrollar a través de esta nueva dependencia?
F.S. — El gobierno ha definido una estructura de trabajo en gabinetes productivos. Esos gabinetes productivos han venido trabajando en la elaboración de cadenas de valor que pueden ser consideradas prioritarias para su desarrollo. Hay industrias que son los motores del crecimiento o fueron definidas como los motores del crecimiento y son las industrias de la carne, leche, cueros, arroz, forestal madera, pesca, cítricos. Estas son áreas que ya estaban con un proceso de desarrollo productivo relativamente importante y que hay que ver cómo podemos mejorarlas.
Después, hay otras industrias intensivas en innovación como son: medicamentos, software y en la cadena naval, que también es importante en innovación.
Apoyo a industrias intensivas en mano de obra que corresponden a la parte de la textil-vestimenta, confección, automotriz y también la construcción en algunos casos.
Como vemos, ahí se van perfilando distintos tipo de cadena donde cada una de ellas va a ser atendida de una manera diferente a través de políticas que se vayan implementando.
Y luego otras como energías renovables, biotecnología, tecnologías de la información y de la comunicación, empresas de servicios energéticos y también tenemos la minería, la química, equipos agrícolas y tenemos un desarrollo muy primario de lo que queremos llegar a hacer que es una cadena de valor aeronáutica.
Como se ve, son múltiples las áreas de trabajo que se han definido y dentro de cada una de ellas hay distintos ritmos de avance.
Por ejemplo, trabajamos apoyando muy fuertemente las negociaciones que se hacen en forma multilateral o bilateral. Cuando digo multilateral, me refiero básicamente al Mercosur, a los cuatro países y ampliado, en la cadena automotriz y sus negociaciones, en la cadena naval y sus negociaciones y desarrollo para un polo logístico, para un polo tecnológico naval, en la cadena aeronáutica y en otras cadenas que se pueden ir definiendo.
Vamos acompañando el proceso. Participamos internamente dentro del ministerio haciendo un análisis de cuáles son las necesidades de esa cadena y eso lo vamos proyectando en una articulación hacia el exterior. En las negociaciones que vamos desarrollando en forma bilateral, sobre todo, con nuestros dos países vecinos Argentina y Brasil, en las negociaciones que vamos llevando adelante en los ámbitos correspondientes a nivel Mercosur.
Uno de los más importantes que se ha desarrollado también este último año y medio, es el Grupo de Integración Productiva del Mercosur. Ahí estamos llevando la información que vamos recogiendo de las necesidades de estas cadenas de valor, para insertarlas en el comercio internacional no sólo con la idea de vender bienes o de comprar bienes, sino de tratar de enganchar los eslabones productivos que están insertos o que están desarrollados en nuestro país, en una cadena de valor regional, donde podamos enganchar ese eslabón en la cadena y al mismo tiempo agregarle más valor a ese eslabón.
A.L. — Eso es bien interesante. En esencia es la apuesta del Uruguay.
¿Con qué herramientas trabajan? ¿Cómo se dan esos apoyos? ¿En qué se efectivizan?
F.S. — De acuerdo a la categorización que el Gabinete Productivo la da a cada una de las cadenas, al mismo tiempo desarrolla planes de acción e incentivos para darles a esas cadenas. Por ejemplo, el sector textil o textil-vestimenta está pasando por una situación determinada y frente a eso se han desarrollado medidas en concreto para apoyar ese sector.
Por otro lado, cuando vamos a las negociaciones internacionales o cuando diseñamos nuestra estrategia ofensiva, vamos marcando las pautas de qué sectores queremos apoyar fuertemente en esa inserción internacional. Vemos las negociaciones y al mismo tiempo vemos qué instrumentos de los que están dados se aplican a ese apoyo que le vamos a dar. Por ejemplo, Uruguay XXI con toda su capacidad va a aportar los programas, los proyectos, las acciones que tiene planificadas a favor de esa cadena productiva en particular.
La Dirección Nacional de Pequeña y Mediana Empresa que tiene determinados programas de apoyo como lo fue en su momento Pro Export o como es el programa CARPE que permite hacer un diagnóstico de la empresa, se aplica para que esa empresa pueda diagnosticarse, pueda mejorar, porque siempre estamos pensando en términos de pequeñas y medianas empresas fundamentalmente, puedan aplicar y puedan desarrollarse para poder dar ese paso de internacionalización que es en muchos casos integrarse como un eslabón, como un proveedor a esa cadena regional que es mucho más importante y mucho más vasta.
A.L. — Ustedes hacen como la producción, tener toda la información disponible para que después las autoridades decidan o los negociadores vayan a estas reuniones a defender los intereses uruguayos.
F.S. — Exactamente, somos parte de los negociadores en muchas oportunidades.
A.L. — ¿Ustedes mismos van?
F.S. — Nosotros mismos vamos acompañando o al sector empresarial o también vamos cuando se trata de reuniones en las cuales se tratan temas muy específicos, vamos acompañando a los negociadores tradicionales para poner bien claramente los énfasis sobre aquellos aspectos que interesan a ese proyecto industrial concreto.
A.L. — ¿Qué tipo de recursos tienen para hacer esa “inteligencia” de mercado o para detectar qué es lo que precisan estas cadenas de valor para seguir desarrollándose?
F.S. — En ese aspecto también estamos utilizando las disposiciones que todo el aparato estatal tiene. La inteligencia comercial activa, la captación de inversiones en forma activa. Ahí estamos utilizando toda la red de embajadas y agencias que tiene Uruguay en el exterior, sobre todo las embajadas y los consulados. La red de cancillerías para tener un diálogo dinámico bidireccional donde le mandamos información a demanda y nosotros pedimos información de acuerdo a las necesidades que estamos teniendo.
Estamos participando de todas las acciones de las misiones empresariales o comerciales que se están realizando. Aquí es donde realizamos sinergia junto con otras organizaciones como Uruguay XXI. Estuve participando en una misión en India junto con Uruguay XXI donde nos reunimos con potenciales empresas que tienen intereses en la región y que pueden venir a invertir, otras empresas que ya tienen conocimiento de la región y han dado pasos en nuestro país pero que tienen interés en tener socios comerciales o productivos en la región.
Entonces, estamos haciendo promoción de la oferta industrial que tiene el país al mismo tiempo que vamos haciendo captación de potenciales inversores y captación de qué tecnologías se están aplicando en otros países que pueden permitir el desarrollo a nivel nacional de una mejora de esa producción con mayor valor agregado. Reconocer los nuevos desarrollos tecnológicos, ver cómo son de aplicación en la industria nacional, ver qué necesidades hay para adaptar esa tecnología a la industria nacional y al empresariado a través de las inversiones que tengo que hacer con vistas a poder insertar esa tecnología desarrollada con más valor agregado nacional, en la producción internacional.
A.L. — Es bien interesante. Es una especie de observatorio tecnológico.
Cuando tienen que salir a “vender” o promocionar a Uruguay por ejemplo en este viaje a India, ¿qué factores prioriza?
F.S. — El Uruguay tiene una cantidad de ventajas que varios indicadores internacionales lo manifiestan. Es un país de alta capacidad, de conocimiento, es un país que tiene tasas muy bajas de corrupción, es un país que tiene una capacidad productiva ociosa de alguna manera, es un país que es puerta de ingreso a la región y así se está posicionando, es un país que tiene desarrollados alta calidad de servicios y algunos servicios de carácter tecnológico como pueden ser las comunicaciones. Eso le da al país una cierta ventaja relativa respecto de la región en varios aspectos.
Si combinamos todo eso con la capacidad de adaptación, de modificación y de desarrollo como se han emprendido en determinados procesos, estoy hablando sobre todo de procesos de carácter industrial, tenemos una potencialidad.
Entonces, lo que le planteamos al mundo es que sobre esa base de conformación de una capacidad productiva, de un conocimiento o de la capacidad de obtener nuevos conocimientos, le planteamos que tenemos las condiciones como para hacer una base de desarrollo regional de productos cada vez más sofisticados, de productos cada vez más tecnologizados.
A.L. — El litigio con Argentina, el corte de ruta. ¿cómo se vive desde el exterior? ¿Esta circunstancia hizo más fuerte al país para atraer inversiones o puso ciertas luces amarillas?
Cuando hablamos anteriormente de ser una puerta de ingreso a la región, ¿este tipo de trabas cómo se ven en el mundo?
F.S. — Yo las minimizo. Existen y son un factor de distorsión, pero si analizamos en el período a lo largo del cual se dio el conflicto con Argentina, las inversiones en el Uruguay fueron sistemáticamente crecientes y llegaron a niveles récord. Esto quiere decir que la mirada puesta en el Uruguay no tiene que ver con una situación muy puntual de conflicto con un país vecino, sino que tiene que ver con su potencialidades y con las potencialidades que el país brinda respecto de la región donde Argentina por supuesto, también es un actor muy importante, pero también hemos desarrollado todas las actividades con Brasil, también se han desarrollado actividades con vistas a Paraguay y a Bolivia… el tema de la Hidrovía y la potencialidad que tiene.
Por otro lado le digo que a pesar del conflicto con Argentina, salvo los problemas derivados de la crisis internacional financiera, las ventas a la Argentina de productos de alto contenido tecnológico siguieron dándose. No fue el conflicto con Argentina lo que trajo aparejado una disminución sino que la disminución estuvo dada como en todos los países y sobre todo con Europa, por la retracción producto de la crisis financiera. A medida que fue pasando el efecto más negativo, estamos volviendo a niveles importantes de comercialización con Argentina.
El 80% de nuestras exportaciones son comodities y son lo que se vende con menor valor agregado al resto del mundo. A la región, a los dos países vecinos: Brasil y Argentina, le vendemos aquellos productos -más allá que a Brasil también le vendemos comodities- con mayor valor agregado y en particular a la Argentina le vendemos determinados productos industriales que no sólo tienen mayor valor agregado sino que son productos que no son fácil de colocar en otros lugares del mundo. Por lo tanto es muy importante.
También hay un porcentaje muy bajo, sólo un 2% de nuestras exportaciones son de contenido tecnológico alto. La idea es que con todo este trabajo que no es inmediato, se pueda duplicar a un 4% o un 5% de ventas con contenido tecnológico alto.
A.L. — ¿De bienes o de bienes y servicios?
F.S. — No, estamos hablando de bienes, pero esto no quita que sean ventas de servicios donde también el ministerio trabaja en ese sentido porque tiene biotecnología, nanotecnología y tiene desarrollo de la informática y de las comunicaciones. Por lo tanto, también apoyamos esa cadena de valor y ese desarrollo.
Además en el ministerio con el Mercosur tenemos el programa FOCEM (Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur) que son fondos del Mercosur aplicados a programas concretos, donde desde el ministerio como contrapartida se desarrollan programas en electrónica, en software y en biotecnología. Entonces, se apoya el desarrollo de las empresas que trabajan en esos rubros para que tengan sus asociatividades con socios potenciales del resto de los países del Mercosur.