Programas específicos que brindan apoyo inicial a los jóvenes emprendedores que quieran desarrollar su negocio.
En esta columna, Gerardo Agresta detalla dos programas específicos que brindan apoyo inicial a los jóvenes emprendedores que quieran desarrollar su negocio: convocatorias vigentes realizadas por la Fundación Ricaldoni y la Agencia Nacional de la Investigación e Innovación.
Gerardo Agresta — En esta columna la idea es informar a la gente de las oportunidades que hay que pueden ayudarlos a desarrollar las cosas que quieren hacer. Mencionaremos algunos de los programas que hay abiertos de apoyo a nuevos emprendedores, en particular a los jóvenes.
Hablaremos de dos programas: uno, es el que lleva adelante la Fundación Ricaldoni que se desarrolla dentro del marco del Programa Emprender, un programa co-ejecutado por el Latu y la Corporación Nacional para el Desarrollo con el apoyo del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y que tiene por objeto ayudar a los emprendedores que quieran hacer una empresa de base tecnológica, a validar técnicamente su propuesta.
Alejandro Landoni — ¿Empresas sólo de base tecnológica?
G.A. — Sí, exclusivamente orientadas a eso.
A.L. — ¿Hay que ser estudiante de Ingeniería para presentarse?
G.A. — No. Creo que es más fácil resolver los problemas si son estudiantes de Ingeniería o jóvenes ingenieros o docentes del área tecnológica, pero puede presentarse cualquier persona idónea que pueda desarrollar un proyecto tecnológico.
La idea es ayudar a decirles: “Sí, la idea que tenés técnicamente es factible”. ¿Cómo se hace eso?
Con un pequeño apoyo para cada emprendimiento o cada equipo emprendedor, que consta de un apoyo económico que le permite hacer un prototipo, un ensayo clave o un modelo a escala, que colabore y que ayude a validar el emprendimiento, y un entorno de capacitación, de apoyo a la generación del plan de negocios como para darles las primeras pautas de la visión comercial que tiene que tener cuando va a arrancar una empresa nueva.
Concretamente, después de un proceso de selección la Fundación otorga US$ 2.500 a los emprendedores para la adquisición de bienes o servicios para el desarrollo de ese prototipo, ensayo o modelo a escala del que hablábamos.
Después adicionalmente recibirán apoyo de capacitación en actividades o cursos que define la Fundación Ricaldoni en función de las necesidades que se detectan de ese emprendedor, relacionados con la gestión de tecnologías y apoyo técnico de un tutor o especialista en el área en la cual está desarrollando el emprendimiento.
Esa es básicamente la idea, el llamado está abierto hasta el 30 de junio y las bases se pueden encontrar en la página Web de la Fundación que es www.ricaldoni.org.uy.
A.L. — ¿Quiénes son los que evalúan?
G.A. — Tenemos un equipo de profesionales que trabajan en eso. Lo integro dos ingenieros y yo. Después hay un Comité de Selección que es designado una parte por la Fundación y otra por el Programa Emprender.
La evaluación se hace, por un lado, teniendo en cuenta a la propuesta técnica, considerando la calidad de la propuesta y cuál es la claridad de la propuesta. Vemos si hace referencias bibliográficas; cómo está elaborado el plan de trabajo y en qué medida identifica los riesgos que tiene.
Después, consideramos la viabilidad técnica del proyecto y luego la proyección de viabilidad comercial, que si bien no es un requisito absoluto en ese momento, — porque son etapas iniciales del proyecto —, también tenemos en cuenta que sean iniciativas razonablemente viables desde el punto de vista comercial.
Por supuesto, también se valoran los curriculum del equipo emprendedor y habrá una entrevista que permitirá evaluar la actitud emprendedora del equipo.
A.L. — Es la segunda convocatoria a Emprendedores dinámicos que realiza en lo que va del año la Fundación Ricaldoni…
G.A. — Sí. En la primera todavía estamos en proceso de evaluación. Lo estamos terminando. Ahí se presentaron 17 propuestas así que estamos contentos.
A.L. — Aquí a Producción Nacional han venido algunos de los emprendedores seleccionados en la convocatoria realizada el año pasado, como por ejemplo, el proyecto Boton TV. Este proyecto consiste en un panel que se utiliza en fiestas, reuniones empresariales y otros eventos que tiene una pantalla plana de televisión con una pequeña cámara y un micrófono, y permite a los asistentes al evento grabar su mensaje para el organizador de la fiesta y verse en el mismo momento en la pantalla. Esa grabación se puede pasar en la misma fiesta o subirse a Internet donde se puede acceder a los videos.
G.A. — Sí, Boton TV fue el primer éxito que tuvimos.
A.L. — Se vio en la propaganda de la cerveza Patricia del último verano.
G.A. — Sí. Se presentó a la primera convocatoria del año pasado y fue el que terminó antes. Además, en todo el Programa Emprender, en el cual hay una serie de instituciones trabajando, fue el primer proyecto que apoyado por el programa inició la actividad comercial inmediatamente. Así que este es un proyecto estrella.
A.L. — Otro que nos visitó fue el director de una oficina virtual llamada Feng Office, se trata del ingeniero Conrado Viña quien nos contó su emprendimiento.
Todos los emprendimientos de la Fundación Ricaldoni se pueden ver en la revista Enlaces (que es la revista de la Fundación) y la encuentran en www.ricaldoni.org.uy , se entra en la parte donde dice Enlaces y pueden acceder a información más detallada sobre todos los proyectos.
Las bases para esta convocatoria del 30 de junio están en la página Web.
G.A. — Sí, están las bases y la guía de evaluación. Es bastante transparente cómo se asignan los puntajes en función de cómo se presentan las propuestas, cómo se evalúan los distintos componentes.
A.L. — Hay otra convocatoria para jóvenes emprendedores en la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII)…
G.A. — Es cierto. Esa era la otra línea de la que hoy quería hablar.
Es un instrumento de apoyo para los jóvenes emprendedores de gran envergadura e inédito en el país, que funciona desde el año pasado.
Es nuevo, esta es la segunda edición de ese programa y tiene como objetivo apoyar a empresas que tengan proyectos para la creación, la puesta en marcha y el despegue de la empresa. Tiene que estar basada en productos o procesos innovadores en relación al mercado al que pretenden ingresar.
O sea, que tienen que ser emprendedores que estén apuntando a productos o procesos que no tengan antecedentes en el país.
Esa es la idea básica.
A.L. — Esa condición de que no tengan antecedentes en el país, es difícil.
G.A. — Sí, pero es la más interesante.
Pueden solicitar financiamiento personas físicas mayores de edad pero menores de 35 años al momento del cierre de la convocatoria, que acrediten tener las capacidades y habilidades para la puesta en marcha de la nueva empresa y que presenten el proyecto correspondiente.
Tienen que presentarse avalados por una institución patrocinadora. Hay varias instituciones; hay una lista en la ANII de qué instituciones pueden ser.
ANII ofrece un apoyo de US$ 20.000 para desarrollar el proyecto en un año.
Tiene la particularidad de que este apoyo se puede dedicar a la financiación de la remuneración de los emprendedores. Esa es la novedad que trajo esta línea de la ANII del año pasado, ya que no existían proyectos que apoyaran emprendimientos nuevos pagando salarios de los emprendedores.
A.L. — Claro, porque muchas veces a alguien se le ocurre una idea innovadora y le pone todo el tiempo libre disponible, pero tiene que seguir trabajando en otro lado para sustentarse.
Eso muchas veces, mata la idea.
G.A. — Es verdad, y en particular en las áreas donde se pretende apuntar con este instrumento de la ANII que es generar innovaciones en el país — productos o procesos nuevos en el Uruguay —, en general, las profesiones relacionadas con esas áreas son de pleno empleo y la atracción del mercado laboral es muy fuerte y es muy difícil lograr que el emprendedor rechace la atracción del mercado para dedicarse a su empresa.
La consecuencia es que los ingenieros, los científicos trabajan muy bien y trabajan mucho, pero en las mismas cosas de siempre o innovando en sus empresas, pero viendo coartada la posibilidad de desarrollar cosas nuevas fuera de su ámbito laboral.
A.L. — Esta situación es interesante; tienen un buen empleo y se mantienen empleados y para qué arriesgar en algo nuevo si tienen un trabajo satisfactorio donde se les paga el dinero que necesitan para vivir.
G.A. — De todas formas, conozco a algunos cuantos que son vocacionales del emprendimiento y que sacrifican bienestar económico con tal de sacar su idea adelante. Gente tozuda que por suerte tenemos bastante en nuestro país.
A.L. — ¿Las personas que quieran tener más información acerca de este apoyo a jóvenes emprendedores innovadores de la ANII, adónde se pueden presentar?
G.A. — En la página de la ANII que es www.anii.org.uy donde hay un link para jóvenes emprendedores y allí están las bases; la forma en que serán evaluados y cuáles son las condiciones para presentar los proyectos.
Es importante decir que no sólo se financiará la remuneración de los jóvenes emprendedores, sino que también financian estudios de mercado, costos de capacitación para los emprendedores, ajustes al producto o al proceso, validación comercial y difusión de los productos o servicios, gastos asociados a la apertura de la empresa y a su funcionamiento y servicios de consultoría vinculados a la protección de la propiedad intelectual y viajes de negocios relevantes debidamente justificados.
No es solamente remuneración de los emprendedores. La remuneración de los emprendedores está limitada hasta un máximo de US$ 600 mensuales por persona con un máximo de dos personas por emprendimiento y el proyecto puede ser de hasta US$ 20.000 y la ANII subsidia el 80% de ese proyecto, por lo tanto los emprendedores tienen que poner una parte en efectivo demostrando su compromiso con la idea.