Maximiliano De Muro, de 28 años, directivo de la Asociación de Jóvenes Empresarios del Uruguay, ganó dos veces del Premio Arroba y fue galardonado como «El emprendedor del año».Ganó, —aunque tiene tan sólo 28 años—, varios premios en su corta pero exitosa carrera: dos veces el Premio Arroba (2004 y 2005), e incluso en el 2005 fue galardonado como “El emprendedor del año” por la organización Milenium XXI. de Muro cree que es excelente la política que tiene el gobierno de mantener la exoneración de impuestos a las empresas exportadoras de software porque, dentro del área de exportación, es la que tiene mayor crecimiento. También entiende que Uruguay «es un país que debe posicionarse aún más fuertemente en el tema de exportación de inteligencia y conocimientos».
Entrevista emitida el jueves 19/02/09 en Producción Nacional — 1410 AM LIBRE
¿Por qué ganó tantos premios este joven uruguayo?
Porque en el año 2003 cuando tenía 23 años, fundó una empresa SX Networks que estaba dedicada a la exportación de software y servicios de tecnología.
La empresa fue tan exitosa que el año pasado se la vendió a un grupo español.
Ayer De Muro relató su experiencia en un evento que realizó la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información con el Programa Emprender (en el Club de Golf), donde había dos expositores: uno de ellos era De Muro y el otro era Roni Lieberman el fundador de Memory —una pequeña empresa uruguaya que se internacionalizó y está presente en cinco países y dentro de poco en un sexto—, además de Uruguay y que tiene 170 empleados.
Alejandro Landoni — Se define como un “emprendedor serial” que en este momento está dando charlas y conferencias alrededor del mundo y está buscando algunas oportunidades de negocios en el exterior.
Llama la atención que una persona tan joven en un país que le da tan pocas oportunidades a los jóvenes haya tenido tantos reconocimientos
¿A qué se dedicaba la empresa que Ud. formó y después vendió?
Maximiliano de Muro — En el 2003 la empresa inició su rubro en el área de software, pero lo particular de ésto es que la empresa comenzó siendo solamente yo.
A.L — Una unipersonal.
M.D.M. — Unipersonal. En vista de algunos contactos que había hecho en el año 2002, pude empezar a desarrollar una cartera de clientes que me requiera tener más recursos humanos para poder desarrollar los nuevos proyectos que llegaban.
Fue así que la empresa a lo largo de 2003, 2004, 2005 y hasta el 2008 que se vendió llegó a darle trabajo a 45 personas.
Entre ellas a programadores, analistas, ingenieros, diseñadores, técnicos en Informática, licenciados en Comunicación. Todas las personas que tuviesen una carrera universitaria o técnica, tratábamos de traerlos a nuestra empresa porque eran las personas que necesitábamos.
De esa manera estábamos (en ese momento difícil del país), ayudando con un pequeño granito de arena a darles trabajo a los jóvenes y esperanzas en una industria que era muy nueva y muy novedosa en el mundo.
A.L — ¿Qué hacia la empresa? ¿Para qué la contrataban?
M.D.M. — Básicamente para desarrollo de web; diseño de sitios; mantenimiento de servidores.
Todos servicios de Informática que nosotros hacíamos remotamente a clientes en Canadá, EE.UU. España, Alemania, etc.
Tuvimos la particularidad que durante cuatro años no tuvimos ni un cliente local, ésa fue una estrategia que yo había planteado en vista de que había mucho más beneficios en el exterior, tanto por el tipo de cambio como por el tipo de cliente que se podía obtener.
Eso nos llevó a poner todo el foco de atención en clientes extranjeros y no tanto en clientes nacionales.
A.L — ¿Cómo se soporta el crecimiento —dentro de la empresa y a nivel personal— de un joven de 23 o 24 años que empieza solo con su idea de negocio y termina en 5 años teniendo 45 personas a su cargo?
M.D.M. — Dentro de la empresa se soporta intentando rodearse de gente más inteligente que uno; gente fiel y leal que pueda agregar valor a la empresa desde el punto de vista del crecimiento y con una gran fuerza de venta y muchísima energía y sacrificio para poder obtener los clientes que puedan sostener toda esa infraestructura que indudablemente es algo costoso.
A.L — Para encontrar esa gente fiel, leal y más inteligente que Ud. ¿había algún método?
M.D.M. — El método que más me ha resultado hasta el día de hoy —tanto para conseguir gente o para conseguir proyectos y conseguir mis objetivos — es el ensayo de prueba y error.
Es aprender de tus propios errores para luego poder aplicarlos.
En la empresa en los primeros tres o cuatro años indudablemente, su fuerte no era la contratación de personal especializado, entonces en una entrevista laboral que hacíamos nosotros mismos, no nos dábamos cuenta de ciertos valores que tenían ciertas personas (ya sea para contratarlos o no contratarlos), y a veces los clientes nos apuraban tanto para formar un equipo de trabajo que debíamos contratar gente prácticamente de manera instantánea. Esto nos hacía perder un poco todo ese análisis de la persona y de cómo de podría adaptar al grupo.
A.L — El hecho de ser joven le daba un handicap con los programadores o diseñados, porque de repente Ud. tenía que hablar con gente mayor que Ud. ¿Y… cómo hacía? Porque algunos se la bancan y otros no.
M.D.M. — Bueno…, los que se la banca son persona que para mí tienen una madurez para trabajar interesante porque aceptan trabajar con un jefe más joven (que no es normal). Los que no se la bancan no han tenido el éxito de su carrera profesional que ellos estaban buscando porque evidentemente no había una relación muy buena entre los gerentes y ellos mismos.
En ese sentido, buscábamos la forma de tener una comunicación clara y transparente desde el principio de que “el director es más joven que Ud.: tómelo o déjelo”.
A.L — Y básicamente, la mayoría lo tomaba.
M.D.M. — Sí, la mayoría lo tomaba y algunos no.
A.L — ¿En esa prueba de ensayo y error qué fue el área que más le costó?
M.D.M. — Lo más difícil fue relación vida laboral y vida personal, ya que al principio yo era como una especie de “director de orquesta”; hacía muchas cosas y tenían que dedicar muchísimas horas para mantener ciertos estándares de trabajo y entregar ciertos proyectos, pero con el tiempo éso lo he aprendido a manejar bastante bien.
Luego, todo el tema del manejo del personal que para mí era un área nueva; todo lo que aprendí en manejo de personal lo aprendí en la práctica y leyendo libros, pero el libro me daba el 1% de lo que me daba la práctica.
Y también aprendí a confiar mucho en la gente que a veces en la apurada, buscando personal, trata de contratar a sus amigos y a la gente que está a su alrededor y creo que éso es un error estratégico ya que se mezclan las cosas y no salen bien.
A.L — ¿El trabajo con los amigos no es recomendable en su caso?
M.D.M. — No, en mi caso no y prefiero tener a mis amigos apartados de los que son mis negocios ya que considero a la amistad y a la familia algo muy importante como para que se pueda corromper con estas cosas.
A.L — Ud. empezó vendiendo servicios para crear páginas web con una empresa unipersonal y la gran mayoría de sus clientes eran extranjeros.
Ayer, en una disertación que hizo en un evento del Programa Emprender y la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información, Ud. considera que la humildad, el sacrificio y la alegría son los tres factores fundamentales para el éxito, así sea en lo laboral como en lo personal. ¿Cómo nos puede explicar estos conceptos?
M.D.M. — La humildad, es fundamental para mantener los pies sobre la tierra. Conozco gente que se ha mareado con ciertos emprendimientos y los ha llevado a la quiebra o a la ruina.
Yo trato siempre de aprender de los demás. Fui educado para ser una persona que me inicié de muy de abajo y éso me ayudó a tener las cosas claras y a saber que no soy más que nadie y que tengo mucha gente que sabe y es más que yo y de la cual yo tengo que aprender.
El tema de la alegría; me parece que es fundamental hacer las cosas con alegría; ser feliz de lo que uno está haciendo mejora tu productividad y tus resultados y te hace llegar a tu casa con una sonrisa.
El sacrificio: es importantisimo esforzarse al máximo en lodo lo que uno hace, nunca bajar los brazos.
En los momentos difíciles que son muchos, ser fuerte y tratar de ocuparse y no de preocuparse y saber que uno va a tener que esforzarse y dedicarle más tiempo de lo que uno cree y que a veces el sacrificio duele.
Si tenemos las tres cosas creo que tenemos mayores posibilidades de éxito.
A.L — La gente se pregunta ¿por qué decidió vender la empresa que fundó y era exitosa?