Mientras que para muchos la matriz energética de nuestro país es altamente dependiente del petróleo y los avatares climáticos, para el director de Energía, Ramón Méndez, «no todo es gris».
Director Nacional de Energía, Ramón Méndez
El 9 de setiembre en el Espacio Interdisciplinario de la Universidad de la República se organizó un espacio de café tertulia para debatir el tema «La matriz energética nacional. Un enfoque interdisciplinario». La ocasión sirvió para presentar la edición del trabajo de, entre otros investigadores, Reto Bertoni y Virginia Echinope, «La matriz energética nacional. Una construcción social», y para debatir junto al director Nacional de Energía, Ramón Méndez, el docente de Derecho Ambiental Marcelo Cousillas y el doctor Marcel Achkar, coautor de «Energía y Cambio Climático» las perspectivas del cambio de la matriz energética.
Mientras que para muchos la matriz energética de nuestro país es altamente dependiente del petróleo y de los avatares climáticos -por la dependencia de la generación hidraúlica-, para el director de Energía «no todo es gris» al describir nuestras formas de generación. Méndez ratificó que está en marcha «un profundo cambio» de la matriz energética, pero rescató aspectos positivos de la actualidad. Sobre la generación hidroeléctrica, de dónde se obtiene la mayor parte de energía en el país, Méndez aseguró que es «la energía más barata que existe, es renovable y tiene un bajísimo impacto ambiental».
«Nuestra matriz tiene en promedio un 35% de componente nacional, 35% de componente renovable… la enorme mayoría de los países del mundo quisieran tener un 35% de energía renovable del país», señaló, al tiempo que señaló que los países europeos se están planteando «como gran meta llegar al 20% de su matriz energética con energías renovables». «Destramaticemos las cosas», pidió.
Méndez reconoció como negativo la dependencia del petróleo, «que ha llegado al 40% de las importaciones del país», y que con la volatilidad de precios «tiene un impacto casi incontrolable en nuestra economía», pero destacó que «tenemos una enorme cantidad de energía en nuestro país, energía no tradicional. No tenemos petróleo, seguramente no tenemos uranio, no tenemos carbón ni gas natural, pero tenemos energía del viento, tenemos un excelente potencial solar, un muy buen potencial biomásico, buenos cultivos que pueden transformarse en biocombustibles sin competir por el uso de la tierra y del agua en la generación de alimentos, es decir, es posible hacer un buen uso sustentable de nuestras riquezas para tener una buena parte de nuestra energía», afirmó.
Respecto al diseño de la política energética, Méndez reiteró que de aquí a 2015 se quiere tener el 50% de nuestra energía a partir de energías renovables y como complemento, «bajar al menor número posible la participación del petróleo». «No vamos a ir al carbón y vamos a ir a más limpio de los combustibles fósiles que existen hoy que es el gas natural», afirmó, y explicó que el proyecto de instalación de una planta de regasificación es una decisión ya tomada por el gobierno: «sino se hace con Argentina lo haremos solos».
En relación al proyecto de ley de presupuesto presentado por el Poder Ejecutivo al Parlamento, el jerarca detalló que las dos empresas públicas, UTE y Ancap, tienen prevista una inversión de US$ 2:600 millones en energía. El presupuesto asignó $260 millones para el diseño de las políticas públicas a través de la Dirección Nacional de Energía, y de ese presupuesto, el 7% (unos $18 millones) se invertirán en el estudio de la opción nuclear. «Queremos tomar decisiones no desde el oscurantismo, sea por sí o por no que sean a partir de la información, y la información pasa por hacer los estudios que correspondan», precisó Méndez, quien dijo que la comisión multipartidaria para el estudio de la opción de energía nuclear será la encargada de realizar los estudios económicos, tecnológicos, ambientales, de promover el análisis político y de asegurar la participación ciudadana en el proceso de evaluación.
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