Colacce: «Ponernos acorde a lo que es el promedio mundial»

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El Ministerio de Medio Ambiente lanzó el Plan de Acción Estratégico para la Gestión Sustentable de Bolsas Plásticas. El objetivo es reducir a la mitad el uso de bolsas plásticas.

En función de su espesor y también de su composición una bolsa plástica puede demorar entre 100 y 400 años en descomponerse. Un tiempo que parece a todas luces extremadamente largo, para un producto que a veces uno usa un ratito y después rápidamente lo deshecha.

El consumo desmedido de la bolsa de plástico sumado a la acortada vida útil que tiene, está provocando un consumo innecesario de materias primas — muchas de ellas importadas —, de energía y también están generando grandes volúmenes de residuos. Como saben las bolsas de nylon que no se reciclan terminan contaminando el medio ambiente. No sólo tapan las alcantarillas, ocupan importantes volúmenes en los vertederos municipales sino que incluso llegan a provocar la muerte de algunos animales que las confunden, se las tragan y después lamentablemente terminan asfixiados.

Para atacar este tema esta mañana el Ministerio de Medio Ambiente lanzó el Plan de Acción Estratégico para la Gestión Sustentable de Bolsas Plásticas. El objetivo es reducir a la mitad el uso de bolsas plásticas en el Uruguay, de aquí al año 2015.

Para profundizar en este proyecto conversamos con el ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Carlos Colacce.

 

Alejandro Landoni — Usted dijo que el objetivo de reducir a la mitad el consumo de bolsas plásticas en el Uruguay de aquí al año 2015, es realista pero ambicioso.

Carlos Colacce — Sí, efectivamente.

Nosotros en Uruguay estamos consumiendo prácticamente el doble de la cantidad de bolsas per cápita por año de lo que en otros países se consume. Andamos aproximadamente en unas 460 cuando el promedio son 250 bolsas por persona por año, lo cual nos marca claramente que tenemos mucho para avanzar y trabajar.

De ahí es que parece ser un objetivo si bien ambicioso — porque es reducir a la mitad el uso —, al mismo tiempo es realista, porque no pretendemos más que ponernos acorde a lo que es el promedio mundial.

A.L. — ¿Cómo piensan que se logrará este objetivo?

C.C. — El plan identifica varias líneas de acción. Quiero recordar que este plan incluso se elaboró citando y haciendo talleres con todos los protagonistas que están atrás de este tema: los fabricantes de bolsas, los comerciantes, representantes de los propios consumidores, identificando todo lo que es el circuito de las bolsas de plástico e incluso obviamente con participación de las intendencias, en lo que es la recolección de residuos y la disposición final de las mismas.

Con todos los protagonistas analizando y escuchando todas las distintas posiciones fue que se elaboró este plan para que sea lo más sustentable posible. Es decir que realmente sea realizable y que todos estén de acuerdo desde un principio y no que tengamos gente que se opone. De ahí que se han firmado varios convenios con distintos actores; hoy con Cambadu, también con los fabricantes de las bolsas de plásticos.

Se han hecho distintas campañas y entonces las líneas de acción básicamente se orientan por un lado a lo que es la real reducción del uso de bolsas a través de uso de bolsas reutilizables. Hubo campañas para utilizar la chismosa; hicimos incluso un llamado a diseñadores nacionales también para promover que las bolsas también tengan un atractivo y sea una costumbre incorporarlas.

Por otro lado — y ya se está trabajando en planes a nivel de las grandes superficies y también ahora Cambadu la está incorporando—; el tema de adiestrar a su personal para que las bolsas sean las mínimas posibles; no colocar un objeto por bolsa, sino que cada bolsa se utilice con su máxima capacidad.

Después hay otra línea de acción que es el reciclaje, — esto ya va más ligado obviamente a líneas de carácter municipal —; todo lo que es el reciclaje de las bolsas de plástico o lo que es su correcta disposición final de esas bolsas en las usinas correspondientes para la disposición de residuos sólidos; hay una importante “pata” en lo que es la parte de educación ambiental para que la gente culturalmente incorpore bien este problema y todo lo que puede colaborar.

También hemos hecho este año una encuesta y hemos identificado que el 80% de los uruguayos están dispuestos a trabajar en este tema y a aportar.

A.L. — ¿El 80%?

C.C. — El 80%. Quiere decir que es muy importante la gente que comunica, que dice que el problema realmente existe y quiere ayudar.

Nosotros lo que tenemos que hacer desde el ministerio es liderar; que todas estas líneas de acción tengan una columna vertebral donde nosotros podamos ir marcando las acciones y nucleando a los distintos protagonistas para que trabajemos todos en el mismo sentido y empujando el carro para el mismo lado, porque realmente hay voluntad.

Es increíble cómo — no sólo a través de estos convenios con distintos actores —, sino que hasta al mismo ministerio se apersona y se comunica gente de pueblitos pequeños, pequeños comerciantes que tienen sus propias iniciativas y que también los aportamos, los valoramos y los difundimos.

Y después en la educación trabajar con los niños. Hoy por ejemplo, el convenio con los fabricantes de las bolsas, ellos están aportando material educativo que en conjunto con ANEP estaremos definiendo porque es ahí donde hay que trabajar a largo aliento.

A.L. — ¿Cómo lo han tomado los fabricantes e importadores de la industria del plástico, porque esto va a significar para ellos la mitad de la venta?

C.C. — Exacto. Ellos son totalmente conscientes de eso, pero fíjense que están incorporados al programa. Lo qué es realizar un plan de acción, escuchando e integrando a todo el mundo.

Ellos son totalmente conscientes de esto y planifican en el mediano y largo plazo su reconversión y su readaptación a este plan de acción, porque también -como parte también del plan de acción-, se intenta reducir — lo cual también a ellos les conviene —, todo lo que es la producción de bolsas de plástico en negro que son de la industria informal; y ahí también atendemos a otros aspectos que incluso apuntan a lo que es estrategias de la economía nacional y formalidad de trabajo para la seguridad social de los trabajadores, etc.

O sea que ahí hay otro componente que se incorpora al plan y entonces los fabricantes lo ven con buenos ojos.

A.L. — ¿Hay algún porcentaje sobre la informalidad en ese sector?

Cuando desde el programa estuvimos trabajando el tema del reciclaje, el informalismo en la industria del reciclaje se decía que era algo muy fuerte. ¿Tiene algún número en cuanto a fabricación o reciclaje en forma informal?

C.C. — No tenemos un número.

Justamente en uno de los planes de acción en este convenio que se firmó con los fabricantes; hay acciones determinadas para identificar lo mejor posible el porcentaje de fabricación de bolsas en negro.

Hay estimaciones que dicen que puede estar entre un 30% o más, que no es poca cosa, pero vamos de la mano para identificar esa producción y corregir esa situación, porque para poder desarrollar un plan el dato de la fabricación y del circuito desde la fabricación hasta la utilización y la disposición final de cada una de las bolsas es parte de lo que tenemos que tener en este conocimiento.

A.L. — Acá en Producción Nacional somos grandes defensores de la vuelta a la chismosa desde hace ya bastante tiempo. La chismosa que había caído en descrédito; era como mal visto salir a hacer mandados con la chismosa como antes.

C.C. — Es un tema cultural.

En otros países del mundo es exactamente al revés. En Alemania, en Inglaterra he visto que el que anda con una bolsa de nylon es hasta mal visto. En el supermercado cuando paga en la caja, no le dan una bolsa de nylon, y si la pide la gente lo mira como diciendo “¿por qué no trajo su bolsa?”. Es exactamente al revés.

Tenemos que lograr que la cultura indique que usar la bolsa de nylon sea lo que está mal visto, porque evidentemente estamos afectando al medio ambiente.

A.L. — ¿Cómo está viendo como ministro de Medio Ambiente las inundaciones y la situación dramática que se está viviendo en algunos departamentos del país?

C.C. — Es el Comité Nacional de Emergencia y nosotros estamos a total disposición para lo que se nos pida, pero más allá de eso estamos rápidamente organizando una recorrida con la ministra de Desarrollo Social para en las próximas horas visitar las zonas más afectadas, y en el lugar tener un real contacto para conocer las mayores dificultades que puedan estar habiendo.

En principio nosotros estamos totalmente a las órdenes de lo que el Sistema Nacional nos solicite.

A.L. — Es brutal la variabilidad del clima en el sentido de que el año pasado había tremenda seca y este año las inundaciones son terribles.

Ustedes van a presentar en los próximos días — en la primera semana de diciembre —, el Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático y también un informe que cuantifica económicamente la incidencia del cambio climático aquí en nuestro país.

C.C. — Correcto.

Nosotros estamos previendo la presentación en el Consejo de Ministros del plan que este Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático ha elaborado desde mayo, — ha trabajado muy bien con varios ministerios incorporados —. Se le va a presentar al presidente y a partir de ahí se hará público, pero estamos hablando de las importantes acciones que debe tomar nuestro país dada la variabilidad que la estamos sufriendo ya. No es cuestión de decir que “por el cambio climático habrá un aumento de tantos grados dentro de 50 años o 100 años, o el amento del nivel de las aguas”, sino que son temas que se viven ya y que se sufren ya. La variabilidad del cambio climático nos afecta brutalmente.

Nosotros solamente por lo que fue la sequía histórica que hemos tenido perdimos más de un 4% del PBI, más de US$ 1.200:000.000, no sólo por la pérdida agropecuaria, sino por problemas de generación eléctrica, que tuvimos que comprar petróleo. Entonces, el tema es de total prioridad.

Se está dejando un plan de acción para que durante el año 2010 sea analizado por el nuevo gobierno como de total prioridad y transformar ese plan estratégico, que es un plan estratégico que define claramente las líneas de acción, en un plan ejecutivo; pasando, en el caso de que sean infraestructuras, a diseños ejecutivos; en el caso de que sean reestructuras o mejoras tecnológicas justamente definir cuáles, y al mismo tiempo tener todos los financiamientos necesarios ya sea a través del Presupuesto Nacional o lo que debería ser, aunque no creo que estemos a tiempo; aportes no reembolsables de los países desarrollados — que es lo que se va a estar definiendo en Copenhague —.

Son ellos los que realmente tendrían que estar aportando todos estos dineros porque son ellos los culpables de esa situación. Nosotros más allá de esperar esos dineros ya vamos a tener el año que viene todos estos programas en funcionamiento o por lo menos, toda la ingeniería financiera y la parte de diseño ejecutivo pronta para que a más tardar en el 2011 sea un año de total ejecución de este plan. El tema es totalmente prioritario.

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