Pintado: «Nuestro interés es que la segunda terminal exista»

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La subasta por la construcción de la segunda terminal de contenedores de Montevideo fue declarada desierta. El objetivo del Ministerio es revisar las condiciones del llamado.

Tras cuatro largos minutos en los que el rematador convocaba, sin éxito, a los presentes a ofertar, la subasta por la construcción y gestión de la segunda terminal de contenedores en el Puerto de Montevideo fue declarada desierta. Aunque se había manejado la posibilidad de cambiar la fecha de la subasta, ya que la ley permitía que la misma se hiciera en los primeros tres meses desde la asunción del nuevo gobierno, la administración no quiso cambiar la fecha alentada por versiones que señalaban que había tres navieras interesadas en el negocio.

El ex presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Fernando Puntigliano, se hizo responsable del fracaso de la iniciativa: “hubo un proceso del que soy responsable. Creo que no se pudo transmitir al sistema político la importancia de la ventana de oportunidad que hubo y que no hay ahora. También me pregunto si se tuvo la suficiente fortaleza para mantener la propuesta de ley inicial, que me parece que era mejor que la que salió. En todos los aspectos hay debilidades y esas debilidades alguien las tiene que asumir. La persona que las tiene que asumir soy yo, que estuve trabajando en este proceso”, dijo ayer a Últimas Noticias Puntigliano, quien actualmente está trabajando en un emprendimiento minero.

Para el ex jerarca, “la oportunidad adecuada” para convocar a inversores era en 2007 y 2008, y consideró que si se hubiera hecho la subasta en ese momento “sin duda” los resultados hubiesen sido otros. Puntigliano opinó que la decisión del gobierno de no postergar la subasta fue la correcta, ya que no tenía solicitudes de prórroga para justificar la demora y debía cumplir con la ley.

El ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, dijo por su parte que ahora el gobierno iniciará un proceso de análisis para determinar por qué no hubo interesados en la construcción de la segunda terminal. Pintado señaló que ese trabajo lo hará un grupo conformado por representantes del Ministerio de Economía, la ANP y el Ministerio de Transporte, y que determinarán “qué es lo que hay que hacer para que esta segunda terminal sea una realidad”. El jerarca dijo que el análisis será “con calma y con tranquilidad… En el tiempo más breve quese pueda pero también el que agote todas las posibilidades de análisis sereno y profundo”.

 

El otro frente

Luego de sufrir el revés de esta subasta, el gobierno debe continuar con un proceso de conciliación solicitado por el grupo belga Katöen Natie, propietario del 80% de las acciones de Terminal Cuenca del Plata (TCP), la única terminal especializada de contenedores. El grupo inversor ha objetado la construcción de una segunda terminal especializada por considerar que no estaba previsto en el plan estratégico de desarrollo del puerto en 2001, cuando Katöen Natie se instaló en Uruguay.

Fernando Correa, gerente de Relaciones Institucionales del grupo, dijo a Producción Nacional que si bien el resultado de la subasta “es un hecho relevante”, sobre el problema de fondo “no cambia en nada, porque por lo menos el Estado hizo la ley; hay una ley y hay un reglamento vigente, y la subasta se llevó a cabo. El proceso se hizo y se puede volver a repetir”, señaló.

Hasta el momento hubo dos reuniones por el proceso de conciliación entre representantes del gobierno y de la empresa. A fines de marzo o comienzos de abril se preveía realizar la tercera. “En esa reunión podrán pactarse otras reuniones, podrá llegarse a un acuerdo o podrá decirse que hemos agotado el camino. El inversor una vez agotada esa instancia, queda con la potestad de que si entiende que el diferendo lo perjudica, puede iniciar el procedimiento de arbitraje internacional que simplemente es un juicio, pero en realidad es un mecanismo ágil para que cuando existen diferencias; —en este caso entre un inversor y el Estado—, los árbitros resuelvan el diferendo de alguna manera”, explicó Correa.

Correa recordó que cuando la ANP planteó la posibilidad de construir una segunda terminal especializada en el Puerto de Montevideo comenzaron las diferencias. “Tuvimos discrepancias importantes respecto a la capacidad del Puerto de Montevideo, pero lo que nosotros remarcamos es que en el 2007 nosotros necesitábamos conocer cuál iba a ser el impacto económico en la competencia o en el mercado del Puerto de Montevideo, sobre el efecto que puede causar una nueva terminal de contenedores, porque en el 2001 cuando se realizó la subasta para esta terminal (TCP) ya había un plan estratégico de largo plazo —ese era el plan maestro—, que fue la única información que el Estado uruguayo brindó a los inversores y con el cual hicieron su plan de negocio. En función de ese plan estratégico es que se analizan las inversiones de infraestructura; se hace un flujo de fondos y se obtiene una rentabilidad esperada de acuerdo a las proyecciones estimadas. Si ese escenario de negocios cambia radicalmente, uno como inversor tiene todo el derecho de conocer qué impacto puede tener sobre la inversión que ya tiene radicada y creciendo”, explicó. El gerente aseguró que esa informacion “nunca la obtuvimos”, y que los cálculos que el grupo solicitó en ese momento “eran muy negativos”.

Sobre las causas del fracaso de la subasta, Correa mencionó la crisis internacional y la “sobre oferta de infraestructura” que se daría si coexisten dos terminales especializadas. “El flujo de contenedores que necesita la terminal para que se pueda amortizar las inversiones que se han realizado y para las proyecciones de tráfico esperadas, necesita tener o captar un porcentaje de contenedores determinados, que si hay una segunda terminal no se alcanza”, señaló, y agregó que “con una obra como la que TCP tiene finalizada (una segunda terminal) era una sobre oferta de infraestructura, y creo que eso también pudo haber influido”.

 

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